Escribe Eduardo Borrero Vargas.
Hay días que, definitivamente, no se
pueden soslayar. Días que quedarán registrados eternamente en nuestra memoria.
A estos días suelo llamarlos días mágicos en los cuales, se conjugan el
presente y el infinito.
Estos días mágicos viene a ser como
los sueños y los ensueños. ¿Quién, si no Dimas, gran concertador de los poderse
chamanísticos, para orientarnos en estos conocimientos? Él estará de acuerdo
con lo que dicen los entendidos: que cuando un sueño se pude recordar y repetir
en otro sueño, ya es una ensoñación. Si depuramos la técnica de la ensoñación,
quien sabe cuántas dudas e incertidumbres habríamos superado. ¿Cómo sería
introducirnos, ya adultos, en nuestros sueños de la niñez? Desgraciadamente, no
todos tenemos esa sensibilidad que - estoy convencido – sí poseen los que se
dedican al arte de la chamanería, o los poetas, narradores, pintores, locos,
relocos y todos aquellos que se deslumbran con el respirar mudo de las palmeras o con el color de una rosa de
color lila; o los que con su voz y su oído maravilloso crean tonadas llenas de
matices, o los que se quiebran con el llanto de un niño, o los que descubren un
arco iris de esperanza en el atardecer de sus vida; o los que, en resumen,
entienden que los seres humanos somos la suma de universos. Días mágicos o ensueños aparentemente serían
la misma cosa. Unos dirían que los días mágicos son percepciones reales; otros,
que los ensueños son de carácter onírico. Sin embargo, no estaría demás
intertextualizar con Jorge Castillo Fan: ¿Hubo luna en nuestro sueño?, de su
poemario Canción triste de cualquier hombre, con ¿Hubo ensueño en nuestro día
mágico? Yo creo que hubo las dos cosas: ensueño y magia.
Dimas Arrieta |
Veo, con tranquilidad, que las aguas
están calmas y los espíritus sonrientes al saber que el desarrollo del mundo
está en manos de los entendidos: ¡hemos triunfado! Dimas, hay días que quedarán
grabados eternamente…Gracias a ti y a tu familia por darnos esa oportunidad.
Eduardo Borrero
Vargas. Derechos reservados.
Escrito
publicado en la edición Nº 63, mayo 2012, en la revista El Tallán Informa
No hay comentarios:
Publicar un comentario