La
Asociación de Brujos Modernos, por encargo del Centro Federado de Escritores
sin Bandera, trata de secuestrar al fructífero escribiente llamado Gatillo
Rápido, apodado así por su rollo de cartuchos que va disparando por minuto poemas,
cuentos de todo género, novelas cortas y largas. Escribe durante el día o por
las noches cuando su cerebro, en lugar de mantenerse en la fase Rem, pasa a lo
que se le llama Sueños Lúcidos.
La
Asociación de Brujos Modernos aceptó este trabajo fuera de lo común, previo
acuerdo del reparto, en partes proporcionales de las regalías y de cualquier
arreglo al que se llegue con las consabidas Editoriales. El trabajo de los
Brujos Modernos sería minucioso y las historietas encontradas en el cerebro de
Gatillo Rápido serían entregadas al encargado de la Presidencia de los
Escritores sin Bandera, evitándose de esta manera choques mortíferos con los
escritores amurallados en este Centro Federado, incapaces de recrear sus
propias historias.
Tres
veces intentaron acorralar a Gatillo Rápido, hasta que en la cuarta vez lo
encostalaron y a empellones se lo llevaron al norte del país. Allí, fue
entregado a uno de ellos apodado Brujo Ojo Tuerto, porque precisamente por ese
ojo veía lo que para los otros brujos era vedado. Dicen que la oficina de
trabajo del Brujo Ojo Tuerto era totalmente tecnificada, donde las estampitas,
cánticos, rezos, letanías, escupitajos, maldiciones, velas y velones, pociones
mágicas de San Pedro, sables acerados atraviesa espíritus del mal y piedras de
hierro caídas del cielo, eran cosas del pasado.
Asustado
el pobre Gatillo Rápido, fue tendido en una camilla, le ajustaron la cabeza con
unas cintas y con un comando a larga distancia lo fueron ingresando a un
redondel donde circulaban a una velocidad ajustada, unas luces brillantes y
secuenciales. Gatillo Rápido perdió el conteo del tiempo. Y a la fecha aún
permanece desconcertado, sin saber que su cerebro fue seccionado en cientos y
miles de imágenes, con la intención de descubrir la fuente de origen de su
inacabable productividad y su mecanismo usado para abordar historias con temas
jamás imaginadas por otro ser humano.
Las
imágenes tomográficas de Gatillo Rápido hoy se venden por las ferias de libros,
que semanalmente se anuncian en los periódicos y en revistas literarias. La
sede principal del Centro Federado de Escritores sin Bandera, permanece
cerrada. Mientras tanto, Gatillo Rápido sorprende al mundo, con obras cada
medio minuto, de una calidad y belleza que a muchos nuevamente inquieta. Ahora
tratan de convencer a la Asociación de Brujos Modernos que le hagan una
tomografía de cuerpo entero; piensan que en el dorso, en el duodeno, en las
extremidades o en el dedo gordo del pie derecho esconde sus envidiados
archivos.
Eduardo Borrero Vargas