lunes, 23 de agosto de 2021

Yungay 1970: un viaje al pasado (cincuenta años después)

Cristo de Yungay... Más de 70,000 muertos

Algo me obligaba a dirigir la vista a la revista que alguien había colocado sobre mi mesa de trabajo. La levanté con temor, creyendo que era una broma de mal gusto, ideada por alguna persona de mi entorno. Vi la carátula y un Cristo espigado, con los brazos estirados al mundo, golpeó mis sentimientos. La abrí y el encabezado arrancaba con un “Hace cincuenta años Yungay, desapareció del mapa del Perú”. ¿Algún gracioso puso esta revista sobre mi escritorio? Una voz ronca rebotó por las paredes de la oficina: ¿De qué revista hablas, si tus manos están vacías? ¿Se te cruzaron los chicotes? Y los recuerdos, como ríos desbocados, ocuparon mi mente. Por esa época, era aficionado a la cacería. Éramos dos grupos: 6 en una Land Cruiser y 6 en una Land Rover. Todos armados hasta los dientes. Objetivo: arrasar palomas, vizcachas y el huidizo venado andino. Una vez cumplidos los objetivos, regresamos a Lima. A la altura de Sayán, a las 3 y 23 de la tarde, sentimos un fuerte remezón. Consternados los doce cazadores, una vez en Lima, nos reunimos en el Parque Universitario. El reloj marcaba las 6 de la tarde. En un bar soltamos nuestras penas. Yungay, nuestro centro de operaciones había sido borrado por la mano de Dios. Seguramente, nuestras voces aún revolotean por esos rincones. Domingo, difícil borrarte de la memoria.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, domingo 31 de mayo del 2020
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