Eduardo Borrero Vargas es un poeta y narrador piurano que
realizó sus estudios en los colegios Santa Rosa Maristas y Carlos Augusto
Salaverry, y los superiores en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Entre sus poemarios se encuentran Alma del Norte (2009), Bosques Secos 1
(2009) y Bosques Secos 2 (2011). En cuanto a narrativa, podemos citar
los libros Undécimo en su laberinto (2011) y Cuando el cielo se tiñó de rojo y
otras leyendas tallanes. (2012).
Tuvimos la oportunidad de conversar con este hechizado por la
literatura sobre su más reciente producción y primera novela: “Tras
las huellas del Capitán Peche Pereche”, situada en la Piura de sus
amores, en un momento crucial de la vida de esa ciudad.
¿Cómo surgió su vocación
literaria?
Desde
niño. En mi casa se leía mucho, eso nos ayudó a crear mundos ficticios. Mi
hermano Víctor Borrero Vargas sí obtuvo varios premios literarios. Una sala de
la municipalidad de Sullana lleva su nombre.
En su obra nos presenta al
capitán Eulogio Peche Pereche, quien tiene cualidades más analíticas y morales
que físicas. ¿A qué se debe ello?
Esa es la
estructura que le quise dar al personaje para resaltar que en el país
adolecemos de estas virtudes, de un ser pensante, capaz de enfrentarse a las
desgracias que padecíamos en el momento en que se desarrolla la novela y que
creo que aún seguimos padeciendo.
Al igual que en el reino de este mundo, el protagonista poseía
facultades transmutativas…
Aquí el
apelar a las ucronías fue un factor importantísimo. ¿Cómo hacer que un
personaje pueda trasladarse hacia atrás, si no es con el pensamiento? Nosotros,
a través de este atributo, podemos recorrer el pasado y revivirlo cuantas veces
queramos, transmutándonos en sombras, aves, lechuzas, tal como lo hace un
alquimista cuando juega con los elementos.
¿A quién admira?
A José
Carlos Mariátegui.
¿Por qué?
Porque es
el único que en su época logró hacer un análisis socio-económico del país. Sus
ensayos sobre la realidad peruana aún siguen vigentes.
¿Eres un escritor disciplinado?
Considero
que no, pero debo aprender a serlo, porque escribir es una necesidad que emerge
espontáneamente del fondo de mí ser.
¿Considera que el tiempo es un elemento negativo, que juega en
contra de los seres humanos?
Sí y no.
Tengamos en cuenta que el tiempo es finito y a la vez infinito. El hombre, al
nacer, ya sabe que su tiempo solo es una suma de días. Pero a través de los
sueños - los podemos considerar escapes-, podemos gozar de un mundo no tangible
en el que por formas secretas (ondas cerebrales) podemos detener el tiempo en
un punto infinito. El hombre, aunque muchos lo dudan, es un ser dotado que
perdurará más allá del infinito.
¿Cuál es la sed de Peche Pereche?
La sed de
justicia.
Con esta entrega, Ud. nos sitúa en una Piura de inicios del
siglo pasado, pero sin delimitarla completamente…
No,
porque el tema concierne a todo el Perú. Recordemos que el Perú fue invadido.
Peche Pereche se enfrenta contra enemigos con mucho poder
económico y degradación moral, elementos que, no obstante, no son explicados,
si no tan solo mencionados, a quienes vence con un método peculiar. ¿Considera
adecuado el procedimiento aplicado por este capitán?
En la
trama de la novela, el capitán Peche Pereche tenía muchos enemigos. Es bueno
recordar que en ese momento Piura, como capital departamental, tenía tres
prefectos: uno “pierolista”, otro “cacerista” y uno impuesto por los
“chilenos”. Había gente que vendió su alma a los chilenos, y los “Teodoritos”,
que así denomino a los Seminario, fueron unos de ellos, conjuntamente con otros
“piuranos” de triste recordación. Esto no solo sucedió en Piura, también en
otras ciudades como Lima y Arequipa. Contra esa masa de “vendidos” se pelea el
gran capitán Pereche.
¿Tras las huellas del Capitán Peche Pereche encierra algún
mensaje?
La
obsesión del protagonista por la justicia y la ley como entes regidores de
ética personal.
¿Cuánto tiempo le tomó componer esta novela?
Entre
tres y cuatro años.
Pasando a otro tema… Si tuviera que elegir cinco novelas
latinoamericanas, ¿cuáles serían?
Pedro
Páramo, Cien años de soledad, Conversación en la catedral, El Aleph, Hombres de
maíz
¿Y a autores peruanos?
Mario
Vargas Llosa, José María Arguedas, Martín Adán, Ciro Alegría, Julio Ramón
Ribeyro
En su novela se menciona tangencialmente la política. Dígame
Ud., ¿cuál es su postura política?, ¿tiene alguna receta de buen gobierno?
Detesto
el poder fáctico. Pienso que un país debe ser libre, democrático y socialista.
Desde esa perspectiva, me incomodaría pertenecer a algún partido, ya que perdería
mi esencia de “ser” pensante único e irrepetible. No tengo ninguna receta, pero
recomendaría honestidad, honestidad y más honestidad.