sábado, 16 de abril de 2022

De Loja al mundo: un hombre increíble

Artículo de Efraín Borrero E.

La historia que voy a relatar a continuación es realmente sorprendente y cuesta creerla. Los hechos fueron reales y se dieron así:

El Dr. José Baltazar Carrión Torres, nació en Loja el 11 de enero de 1814, vinculado a una notable familia. Se graduó de abogado en 1838, en la entonces Universidad Central de Quito, que luego se llamó Universidad Central del Ecuador, y dos años más tarde obtuvo el título de médico en esa misma universidad.

En Loja tuvo una activa participación pública, fue rector del Colegio San Bernardo que, como sabemos, por decreto legislativo del 5 de septiembre de 1902, durante el gobierno del general Eloy Alfaro, adoptó oficialmente el nombre de Bernardo Valdivieso. También fue miembro del Cabildo.

José Baltazar Carrión Torres fue un hombre dedicado al estudio, por eso logró obtener dos títulos profesionales; inteligente y trabajador. Políticamente estuvo estrechamente ligado al General Juan José Flores, del que fue su incondicional seguidor.

Cuando el General Flores cayó en desgracia, decidió exiliarse en Lima, Perú, y también lo hizo su fiel amigo José Baltazar Carrión, quien llegó a Lima en el año de 1852, obviamente en calidad de exiliado político.

Como medio de subsistencia, el Dr. Carrión contaba con su profesión de médico. Con toda seguridad que para ejercerla en territorio peruano tuvo que rendir examen de certificación en la Facultad de Medicina, que era parte de la Universidad Mayor de San Marcos, la segunda más antigua de América.

Cumpliendo los procedimientos que para entonces regían en ese país, el gobierno peruano le fijó como residencia la ciudad de Cerro de Pasco, un importante centro minero situado en el altiplano de la cordillera de los Andes y considerado la «Capital Minera del Perú».

Allí ejerció la medicina y llegó a ser una persona muy apreciada y respetable. Con el tiempo ostentó el cargo de Cónsul del Ecuador en esa localidad.

En Cerro de Pasco conoció a María Dolores García Navarro con quien procreó dos hijos, uno de los cuales se llamó Daniel Alcides, nacido el 13 de agosto de 1857.

Se dice que el Dr. José Baltazar Carrión Torres, presintiendo que sus días se acortaban después de un terrible accidente que mermó notoriamente su salud, decidió retornar a Loja, luego de haber residido 16 años en Cerro de Pasco, con la intención de conocer a su primera hija, procreada con doña Mariana Felipa de Carcelén y Larrea, Sexta Marquesa de Solanda y Villarocha, nueve años mayor a él, y que fue esposa del Mariscal Antonio José de Sucre, pero la muerte no le permitió retornar al Perú. Falleció cuando contaba 44 años de edad y fue sepultado el 16 de junio de 1867, en esta ciudad de Loja.

Su hijo Daniel Alcides Carrión García quedó huérfano a los ocho años de edad. Igual que su padre fue una persona muy dedicada al estudio y su afán de superación era creciente. Heredó la vocación por la medicina.

Con el apoyo de su madre, Daniel Alcides se trasladó a Lima para culminar sus estudios secundarios. Una vez alcanzado el título de bachiller se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con el propósito de lograr el título de médico.

Durante sus estudios de medicina apareció en los valles centrales peruanos una enfermedad muy infecciosa denominada "verruga peruana" o “fiebre de la oroya”, cuyos síntomas incluían fiebre y anemia grave, que podían aparecer de forma repentina o gradual. Los esfuerzos médicos no atinaban en soluciones eficaces ya que la investigación científica sobre el caso tenía limitaciones por aquel entonces.

Daniel Alcides Carrión García, quien cursaba el sexto año y tenía 28 años de edad, llevado por su espíritu investigativo y, sobre todo, por un nacionalismo científico que deseaba poner en alto el nombre del Perú, decidió experimentar los efectos de esa grave enfermedad en su propio cuerpo, para lo cual acudió a la Sala de las Mercedes del Hospital Dos de Mayo de Lima, y solicitó al médico Evaristo Chávez que le hiciera la inoculación de sangre macerada de una tumoración verrugosa de un paciente varón.

A los pocos días comenzó a sentir los primeros síntomas, los que continuaron con su evolución característica ante la angustia de sus profesores y amigos. Daniel Alcides iba escribiendo personalmente su historia clínica, lo hizo hasta el 26 de septiembre de 1885, día en que, agobiado por la fiebre y anemia grave, entró en delirio. A su solicitud, los compañeros de curso siguieron escribiendo el documento clínico que había iniciado. A los pocos días, el 5 de octubre de 1885, falleció.

Gracias a su sacrificio se pudo conocer que la verruga peruana y la fiebre de la Oroya, eran una misma enfermedad.

Daniel Alcides Carrión García es considerado mártir de la medicina peruana y héroe nacional. El 5 de octubre, día de su inmolación, se conmemora el Día de la Medicina Peruana. En Cerro de Pasco, la Universidad lleva su nombre.

Un hombre increíble por cuyas venas corrió sangre lojana.


Efraín Borrero Espinosa
Loja, sábado 26 de marzo del 2022