Últimamente,
se me ha dado por andarcambiando
de nombres a las cosas: A
las flores, las llamo piedras,a
los mares, les llamo desiertos,a
los ríos, serpientes de espanto, a
las nubes, palomas mensajeras,a
los árboles, aves trepadoras,a
los caballos, gallinas de pastura,a
los cerros, llanuras escurridas, y
a la muerte, la llamo vida. La
confusión es tal, que, con mi nombre,no
puedo jugar con sus reveses: se
escabulló de mis recuerdos,y
ahora deambulo por el mundobuscándolo
en el valle de los olvidos.
Eduardo Borrero Vargas BOSQUES SECOS I
Eduardo Borrero Vargas