En la municipalidad de Sullana recortan casi
el 35% de espacio del salón “Víctor Borrero Vargas”
Estando
en Sechura –inmerso
en jornadas intensas de poesía, prosa, pintura, música, folclor, danza y teatro– recibí
la noticia que Sullana había sido cubierta por la nube del oscurantismo ya
superado a partir del “siglo de las luces”. Esta noticia refrendada con imágenes
fotográficas, en las que se muestra cuadros de pinturas arrancadas de las
paredes y amontonadas sobre el piso como si el arte fuera basura. Lógicamente, al
ver esto me dio tal indignación, que hubiese querido tener el don de
desdoblarme en dos y desplazarme a Sullana, para apoyar a estas personas que
con su arte no hacen más que engrandecer nuestro terruño.
Este
atropello fue maquinado, entre gallos y medianoche, por el alcalde, el teniente
alcalde y algunos regidores de su entorno, pongo a salvo a aquellos regidores
que con valor se han opuesto a esta celada del devenir cultural de nuestro
pueblo. Bueno es recalcar a estas autoridades, que conseguir esta sala de
exposiciones culturales llamada “Víctor Borrero Vargas”, costó trabajo y
esfuerzo de todos los que estamos involucrados en el desarrollo cultural de
Sullana. Esa sala convertida en ícono de la “culturalidad e interculturalidad”,
ahora llora ahora en silencio, mancillada por el garrotazo de un alcalde que
hace gala de su oscurantismo mental.
Cabe,
entonces, preguntarnos: ¿Qué pensarán aquellos pintores jóvenes en edad escolar
que esperaban la inauguración de este evento, al ver sus cuadros tirados por el
suelo? ¿Y los familiares, público, niños de otros colegios, visitantes de otros
distritos, al presenciar tremendo despojo? Y al alcalde y los que lo apoyaron
en este atentado cultural, ¿les remorderá la conciencia? O, ¿es que están locos
o es que sus cerebros han sido devorados por el germen de la ignorancia? ¿Estará
contentos? ¿Felices? Pero hay que apuntillarles que cuatro años pasan rápido,
como una ráfaga de viento. Y ahí, más tarde, los veremos deambular por las
noches, porque no tendrán el valor de mostrar sus rostros a pleno día.
Mientras
que un pueblo como Sechura –pronta a declararla la capital de la cultura de la
región Piura– a “Víctor Borrero Vargas” le da un sentido homenaje,
reconociéndole su participación en el desarrollo de la narrativa del norte, acá
en Sullana, su tierra natal, se le cercena como si fuera un apestado. Y esta
gente cree que quitándole espacio a esta sala se le castiga, pero no conciben
que al no estar físicamente su espíritu flota y orienta a las nuevas
generaciones a que nunca dejen de lado la maravilla de crear, imaginar, escribir,
crear mundos nuevos y, a los artistas plásticos, que dan vida a los lienzos en
blanco, en nombre de mi hermano les pido disculpa por este salvaje atropello.
Recordemos
que no es la primera vez que los artistas plásticos reciben estos atropellos
discriminatorios. Hace unos años, sus pinturas fueron decomisadas por una
persona muy afanosa de andar metiendo la mano donde no debe, y se las llevó a
la Municipalidad. Desde lejos, imagino las idas y venidas de los artistas
afectados, yendo con la cabeza baja a pedir que les devuelvan sus pinturas. A este
personaje que sigue rodando por los pasillos de la Municipalidad, habrá que
hacerle entender con sutileza que el Municipio no es de él: La Municipalidad es
de todos los sullaneros.
Al
teniente alcalde, que eufórico me atacó cuando el día lunes 09 estuve tomando
fotos de estos hechos (testimonios gráficos para la posteridad), le hago
recordar que ahora, al refrendar su actitud altanera, sostengo con firmeza lo
que le dije por teléfono: “Que en lugar da andar recortando salas
culturales, él y su alcalde se dediquen a recortar la inmundicia y el olor
nauseabundo al que han sometido a Sullana. Y que su admirado alcalde salga a la
calle, como hombre público, a dar la cara y no se esconda tras una cortina de
tonto inútil”.
Amigos del
arte sigamos adelante, no nos detengamos ante eventualidades pasajeras. Sigamos
juntos en esta lucha de pensantes y no nos dejemos asustar por amenazas que
seguramente ya vendrán por algún lado. El “Siglo de las Luces y de la razón”
está con nosotros. ¡Qué viva Sullana!