Miembros del círculo literario "Pensamiento profano". |
Me sorprendió la visita que me
hizo, el jueves 24 de febrero en Sullana, Fernando Adrianzen Gonzáles.
Integrante conspicuo del círculo literario “Pensamiento Profano”, círculo
embrionario que agrupa a jóvenes poetas y narradores con una propuesta
literaria atrevida y desafiante que dará que hablar antes que el gallo cante
tres veces. Voluntad tienen y les sobran agallas para resistir los embates de
muchos críticos que andan sueltos poniendo parámetros. Vivencias frescas
permitirán que los jóvenes irrumpan en los lugares donde el quehacer literario
a veces es amarrado por quienes no desean entender que esta ebullición es parte
del desarrollo cultural de los pueblos. Aquellos que sostienen tercamente la
tesis de la literatura regional en Piura, respóndales con la universalidad. La
narrativa no está dirigida a una región, sino que debe estructurarse para ser
leída en cualquier parte del mundo.
Por supuesto que esto me alegra
sobremanera, pues estoy seguro que las aguas no se estancan, sino que buscan
naturalmente sus cauces de salida. Eso es lo rescatable en estos jóvenes que
avanzan derrumbando, palabra en ristre, dominios cerrados por los que ya se
creen inamovibles asumiendo equivocadamente que son dueños eternos del parnaso.
Trabajen en estéticas experimentales y arriesgadas, sin perder esa mezcla de
técnicas donde se amalgaman la razón, la emoción y la fantasía. Háganlo con
convicción y certeza, que los frutos de su esfuerzo se harán sentir, como la
gota del agua horada la piedra. El oficio de escritor es solitario;
enfrentarse, a solas, a una hoja en blanco, a veces empuja al llanto o al
espanto. Pero la luz, de repente, viene en auxilio y nuestra capacidad de
fabular da movimiento mágico a nuestras manos y ellas arrancan el verso o la
prosa con palabras hilvanadas con hilos rítmicos; acuérdense que verso o prosa
sin ritmo son como partituras condenadas al silencio. Entonces, el romper la
inercia se hace primordial al enfrentarse consigo mismo. En pocas palabras, el
escribir es llenar hojas vacías, en medio de una orfandad total en la que sólo
se oye el pulsar del corazón.
En la entrevista, que le hiciera
Humberto Reyes Cayotopa a mi hermano Víctor Borrero Vargas, en antología
literaria Cazadores Nocturnos en el año 2009, en la pregunta final sobre el
boon de nuevas generaciones, él contesta: “Este nacimiento es una nueva
corriente literaria en Piura. Hay jóvenes escritores, que se han propuesto esta
tarea; es una cuestión generacional, lo que pasa es que la nueva generación
irrumpe como un acto de sanación, haciendo que la generación anterior tiene que
ser sometido a una profilaxis”. (Pag. 44) En esta apreciación coincidimos con
mi hermano Víctor, el cual nos adelantó, no sin antes dejarles a las nuevas
generaciones derroteros y señales positivas para su desenvolvimiento en estas
tareas arduas y muchas veces incomprendidas.
Escribir es una Odisea, trampas
hay de inicio a fin. Ustedes, jóvenes escritores, luchen como hizo Odiseo. El
truco está en no dejarse atrapar en la tierra de los lotófagos, sitio donde se
anestesiarán y sus neuronas dormirán un sueño plano. No cejen ni den un pie
atrás, pues les aguardan miles de páginas por escribir. Sigan en la brega hasta
lograr el espacio vital que tanto buscan. Vivir no es fácil, a nadie le han
regalado nada, todo cuesta, y en el universo que ustedes giran hay personas
que, en lugar de ofrecer ayuda, medran. Y esto lo hacen por sobrevivir y
sobrevivir, de esa manera es un canto a la mediocridad. Cuidémonos de ser en un
espejo de lo que ahora acontece. Nadie tiene el derecho de detener el
desarrollo intelectual de los jóvenes.
Fernando Adrianzén Gonzáles, no
sabes cuánto aprecio haber tenido un diálogo profundo, lleno de inquietudes y
descubrimientos, donde los pocos minutos que estuvimos se convirtieron por arte
de magia en horas, siglos o como si el tiempo se hubiera detenido en un ángulo
del espacio. Esta reunión, no lo tomes como una indiscreción, me llevó a una
reflexión: ¿por qué no dar a conocer este diálogo? Y, así, convertirlo en un
mensaje alentador dirigido a los jóvenes para que sigan por el camino que han
escogido.
Para finalizar, Fernando, gracias
por abrirme las puertas a ese mundo maravilloso y sin fronteras de los jóvenes.
Ahora más que nunca me siento
útil…
(Anotación publicada en la revista El Tallán, edición Nº 44 - Sullana - Abril del 2011)