miércoles, 14 de octubre de 2020

Carta abierta a los jóvenes escritores

Miembros del círculo literario "Pensamiento profano".
De Izq. a Der.: Fernando Adrianzén, Humberto Reyes,
Alan Pintado y Julio Salvador

                          Por: Eduardo Borrero Vargas

Me sorprendió la visita que me hizo, el jueves 24 de febrero en Sullana, Fernando Adrianzen Gonzáles. Integrante conspicuo del círculo literario “Pensamiento Profano”, círculo embrionario que agrupa a jóvenes poetas y narradores con una propuesta literaria atrevida y desafiante que dará que hablar antes que el gallo cante tres veces. Voluntad tienen y les sobran agallas para resistir los embates de muchos críticos que andan sueltos poniendo parámetros. Vivencias frescas permitirán que los jóvenes irrumpan en los lugares donde el quehacer literario a veces es amarrado por quienes no desean entender que esta ebullición es parte del desarrollo cultural de los pueblos. Aquellos que sostienen tercamente la tesis de la literatura regional en Piura, respóndales con la universalidad. La narrativa no está dirigida a una región, sino que debe estructurarse para ser leída en cualquier parte del mundo.

Por supuesto que esto me alegra sobremanera, pues estoy seguro que las aguas no se estancan, sino que buscan naturalmente sus cauces de salida. Eso es lo rescatable en estos jóvenes que avanzan derrumbando, palabra en ristre, dominios cerrados por los que ya se creen inamovibles asumiendo equivocadamente que son dueños eternos del parnaso. Trabajen en estéticas experimentales y arriesgadas, sin perder esa mezcla de técnicas donde se amalgaman la razón, la emoción y la fantasía. Háganlo con convicción y certeza, que los frutos de su esfuerzo se harán sentir, como la gota del agua horada la piedra. El oficio de escritor es solitario; enfrentarse, a solas, a una hoja en blanco, a veces empuja al llanto o al espanto. Pero la luz, de repente, viene en auxilio y nuestra capacidad de fabular da movimiento mágico a nuestras manos y ellas arrancan el verso o la prosa con palabras hilvanadas con hilos rítmicos; acuérdense que verso o prosa sin ritmo son como partituras condenadas al silencio. Entonces, el romper la inercia se hace primordial al enfrentarse consigo mismo. En pocas palabras, el escribir es llenar hojas vacías, en medio de una orfandad total en la que sólo se oye el pulsar del corazón.  

En la entrevista, que le hiciera Humberto Reyes Cayotopa a mi hermano Víctor Borrero Vargas, en antología literaria Cazadores Nocturnos en el año 2009, en la pregunta final sobre el boon de nuevas generaciones, él contesta: “Este nacimiento es una nueva corriente literaria en Piura. Hay jóvenes escritores, que se han propuesto esta tarea; es una cuestión generacional, lo que pasa es que la nueva generación irrumpe como un acto de sanación, haciendo que la generación anterior tiene que ser sometido a una profilaxis”. (Pag. 44) En esta apreciación coincidimos con mi hermano Víctor, el cual nos adelantó, no sin antes dejarles a las nuevas generaciones derroteros y señales positivas para su desenvolvimiento en estas tareas arduas y muchas veces incomprendidas.

Escribir es una Odisea, trampas hay de inicio a fin. Ustedes, jóvenes escritores, luchen como hizo Odiseo. El truco está en no dejarse atrapar en la tierra de los lotófagos, sitio donde se anestesiarán y sus neuronas dormirán un sueño plano. No cejen ni den un pie atrás, pues les aguardan miles de páginas por escribir. Sigan en la brega hasta lograr el espacio vital que tanto buscan. Vivir no es fácil, a nadie le han regalado nada, todo cuesta, y en el universo que ustedes giran hay personas que, en lugar de ofrecer ayuda, medran. Y esto lo hacen por sobrevivir y sobrevivir, de esa manera es un canto a la mediocridad. Cuidémonos de ser en un espejo de lo que ahora acontece. Nadie tiene el derecho de detener el desarrollo intelectual de los jóvenes.

Fernando Adrianzén Gonzáles, no sabes cuánto aprecio haber tenido un diálogo profundo, lleno de inquietudes y descubrimientos, donde los pocos minutos que estuvimos se convirtieron por arte de magia en horas, siglos o como si el tiempo se hubiera detenido en un ángulo del espacio. Esta reunión, no lo tomes como una indiscreción, me llevó a una reflexión: ¿por qué no dar a conocer este diálogo? Y, así, convertirlo en un mensaje alentador dirigido a los jóvenes para que sigan por el camino que han escogido.

Para finalizar, Fernando, gracias por abrirme las puertas a ese mundo maravilloso y sin fronteras de los jóvenes.

Ahora más que nunca me siento útil…

(Anotación publicada en la revista El Tallán, edición Nº 44 - Sullana - Abril del 2011)

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