sábado, 15 de enero de 2022

"Piura ciudad...un puente roto" sigue vigente...

Buscarle un título a un drama específico es todo un reto. Y Piura - ciudad viéndola de una perspectiva histórica, peor. Desde que los cartógrafos franceses confundieron al rio Chira con el río Piura, los “piuranos” ligeros de manos y coludidos con personaje oscuros (Miguel Arturo Seminario) desaparecieron a San Miguel de Tangarará. Esto nos hace recordar la serie televisiva “Juego de Tronos”. Años atrás (el siglo pasado) en Lima tuve la oportunidad de estar en un conversatorio con Anne Marie Hocquenhem, arqueóloga y antropóloga francesa que pasó años entre Ecuador y Perú estudiando la Cultura Tallán; autora de libros icónicos como “La cocina Piurana” y “Para vencer la muerte” ensayo sobre la fallida Región Grau. En esta entretenida reunión cultural apareció de las sombras un personaje apellidado Eguiguren y Anne Marie en una reacción inusual en ella le preguntó a bocajarro, ¿por qué la historia de Piura la tiene en su casa? Eguiguren, por supuesto, ni se conmovió. Solo se alisó la corbata. Y mirando a la lejanía contestó, la historia de Piura es de pocos. La habitación se congeló en el tiempo, sentí escalofríos, me escuché argumentado: La de mi familia no, somos de Loja y Loja está lejos de su centro gravitacional. Lo que arriba cuento o narro, como quieran llamarlo, renació (tiempos superpuestos) el día en que inauguraron el puente nuevo. Un personaje solitario leyendo un papel, Hilbeck asustado, Vizcarra sorprendido, el pueblo de lejos mirando personajes borrosos y Juan Pablo II aferrándose al rosario. La gentuza piurana de los grandes linajes, seguían boqueando aire refrescante. ¿Hasta cuándo les durará este triunfo efímero? La verdad no lo sé. De lo que estoy seguro es que esperan un nuevo fenómeno del Niño, para lucrar.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, jueves 03 de enero del 2019
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