Buscarle
un título a un drama específico es todo un reto. Y Piura - ciudad viéndola de
una perspectiva histórica, peor. Desde que los cartógrafos franceses
confundieron al rio Chira con el río Piura, los “piuranos” ligeros de manos y
coludidos con personaje oscuros (Miguel Arturo Seminario) desaparecieron a San
Miguel de Tangarará. Esto nos hace recordar la serie televisiva “Juego de
Tronos”. Años atrás (el siglo pasado) en Lima tuve la oportunidad de estar en
un conversatorio con Anne Marie Hocquenhem, arqueóloga y antropóloga francesa
que pasó años entre Ecuador y Perú estudiando la Cultura Tallán; autora de
libros icónicos como “La cocina Piurana” y “Para vencer la muerte” ensayo sobre
la fallida Región Grau. En esta entretenida reunión cultural apareció de las
sombras un personaje apellidado Eguiguren y Anne Marie en una reacción inusual
en ella le preguntó a bocajarro, ¿por qué la historia de Piura la tiene en su
casa? Eguiguren, por supuesto, ni se conmovió. Solo se alisó la corbata. Y
mirando a la lejanía contestó, la historia de Piura es de pocos. La habitación
se congeló en el tiempo, sentí escalofríos, me escuché argumentado: La de mi
familia no, somos de Loja y Loja está lejos de su centro gravitacional. Lo que
arriba cuento o narro, como quieran llamarlo, renació (tiempos superpuestos) el
día en que inauguraron el puente nuevo. Un personaje solitario leyendo un
papel, Hilbeck asustado, Vizcarra sorprendido, el pueblo de lejos mirando
personajes borrosos y Juan Pablo II aferrándose al rosario. La gentuza piurana
de los grandes linajes, seguían boqueando aire refrescante. ¿Hasta cuándo les
durará este triunfo efímero? La verdad no lo sé. De lo que estoy seguro es que
esperan un nuevo fenómeno del Niño, para lucrar.
sábado, 15 de enero de 2022
"Piura ciudad...un puente roto" sigue vigente...
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