miércoles, 21 de diciembre de 2022

EL NIÑO DIOS 2

A Jesús de Nazaret, ni le iba ni le venía haber nacido un 25 de diciembre de hacía unos años atrás. La hora de su nacimiento y el nombre que le habían puesto sus padres le eran indiferentes, porque con las riquezas que tenía al alcance de sus manos podía manejar las horas y días a su antojo. “Es tal la fortuna que heredaras, que el manejo de tu vida lo tienes asegurado, y así hagas malos negocios tu fuente inagotable de riquezas nunca se agotará”. Esto último, lo había escuchado de boca de sus padres que a su vez eran también herederos de padres afortunados. Y aunque su nacimiento estaba ligado a la Navidad, nunca tuvo el corazón ni la predisposición para ayudar a los más necesitados, ni muchos menos un gesto de amor para regalar siquiera una muñequita rota a una niña o una pelotita parchada a un niño.

Jesús de Nazaret, el multimillonario del pueblo, vivía en un palacete levantado en la cima de la loma Mambré. Desde ese lugar privilegiado, dirigía todo su conglomerado comercial que incluía tierras agrícolas, industrias extractivas y manufactureras, construcción y hotelería, diversión y salas de juego. Y desde su escritorio veía impasible que las hojas del calendario se iban desprendiendo una a una, como si sufrieran de astenia otoñal. Faltando un mes para ingresar al mes de diciembre, notó que la chusma pueblerina envalentonada fue dejando cartelitos pequeños, pero perfectamente legibles en los que se leía: “¡Estamos cerca a la navidad! ¿Qué nos deparará el Niño Dios? Lemas más que insinuantes y revolucionarios, por su contenido. Para protegerse de alguna reacción abrupta hacia su persona, llamó a la autoridad, advirtiéndole que se estaba gestando un posible levantamiento.

Faltando una semana, antes de la navidad, a medianoche, un barbudo y de buena envergadura se le presentó en su lujosa sala de estar y, sin reservas, le preguntó: ¿Qué es lo que más te gustaría regalarle en la navidad al pueblo en que naciste? Jesús de Nazaret, dudoso ante semejante pregunta inesperada, se quedó mudo. El hombre del cuerpo de buena envergadura también enmudeció. Solos en la medianoche cerrada, se les escuchó su respiración; la del primero estruendosa y la del segundo sosegada. ¿Y bueno qué dices? –insistió el hombre salido de los pliegues de la noche. Soy Jesús de Nazaret por casualidad, y menos soy el Niño Dios para regalarme a todos. Mírame, ya estoy por llegar a los treinta años –le contestó procurando salir del entrampamiento. Eso no tiene importancia, morirás a los treinta y tres años, es tu destino invariable –le contestó mirándolo fijamente a los ojos.

Se tomaron una pausa larga antes de reiniciar el diálogo: ¿Y tú quién te crees para señalar mi muerte? --rezongó Jesús de Nazaret. ¡Mira, tómalo como quieras, soy un simple enviado! ¡En ti está tu salvación! –le contestó rápido el hombre barbudo. Y añadió: Jesús de Nazaret nacen todos los días, en cualquier parte del mundo, así que no eres el único y enfócate en tu respuesta que se nos está haciendo tarde. Aturdido, Jesús de Nazaret, contestó para salir del apuro: A cada uno de ellos un palacete. Confirman cientos de personas que han visitado ese pueblo, que Jesús de Nazaret no murió a los treinta y tres años, que en la actualidad sobrevive en una covacha en la loma de Mambré con un buey y un burro; y que los pobladores viven en unos palacetes que son la envidia del mundo. Al pueblo han llegado expertos en Ciencias Sociales para estudiar este fenómeno, pues se teme que se disemine por el mundo. Así de preocupados, y antes de resolver este misterio, han prohibido a nivel mundial que partir de la fecha se ponga a los niños el nombre de Jesús de Nazaret.

Eduardo Borrero Vargas – Perú
Miércoles, 21 de diciembre del 2022

lunes, 19 de diciembre de 2022

EL NIÑO DIOS 1

A Jesús de Nazaret, le contaron su padre José y su madre María, que le pusieron ese nombre porque había nacido en un pesebre, un veinticinco de diciembre, de hacía ya una buena cantidad de años. Él aceptaba con humildad su pobreza y, la verdad, que eso no le molestaría, sino fuera por los muchachos de su pueblo, que al verlo andrajoso lo lastimaban con execración por andar suplantando al verdadero hijo de Dios. Y que él supiera nunca quiso suplantar a nadie, a menos que sus padres lo hubiesen engañado con la fecha de su nacimiento, pero eso no era posible porque sus padres serían incapaces de tremendas patrañas. De modo que, si le dijeron que había nacido un veinticinco de diciembre, para él era más que suficiente, porque sus padres no tenían necesidad de andar cambiando o inventando fechas de nacimiento. Que eran pobres, eso no era discutible, pero tampoco era un delito como para ir burlándose de su pobreza a cada rato y todos los días del año.

Por las noches, para evitar que le cierren las puertas en sus narices, se dirigía a su cueva de la loma de Mambré donde dormía en paz con un burro y un buey. Una noche, sin saber de dónde, apareció un hombre barbudo de buena envergadura y Jesús de Nazaret se puso de lado y lo invitó a pasar a su desaliñada covacha. Y el hombre, parco de palabras, preguntó, sin preámbulos: ¿Qué es lo que más te gustaría regalarle al pueblo en que naciste? Y Jesús de Nazaret le contestó incrédulo: ¡Una verdadera Noche Buena0! Y el visitante se levantó y se perdió entre los velos de la noche. Esa noche durmió de largo y bajó al río casi al mediodía, para proveerles de agua y alimento a los animales. Por alguna razón inexplicable, el visitante había sembrado en su corazón la inquietud de los regalos. Aunque faltaban unos meses para llegar a esa fecha, esa inquietud fue acrecentándose según se aproximaba la Noche Buena.

Por la fuerza de la costumbre, más que por voluntad propia, no dejó un día de acercarse al pueblo, con la esperanza jamás perdida de ver, aunque sea un mínimo de bondad hacia a su persona. Por el contrario, el rechazo fue mayor y él tratando de pasar desapercibido se ocultaba tras los árboles, tapias y a veces por las dunas que circundaban el pueblo. Y en una tarde calurosa, cuando la fecha de la Navidad estaba más cercana, lo rodearon en el centro de la plaza principal y le preguntaron burlonamente: Tú que afirmas que eres Jesús de Nazaret, ¿qué regalo nos darás para la Navidad? Y Jesús de Nazaret, recordando lo dicho al visitante, les contestó: ¡Una verdadera Noche Buena! Y a sus espaldas escuchó risotadas burlonas que se fueron desparramando por los arenales y golpearon la cueva de la loma de Mambré, donde el buey mugió de dolor y el burro rebuznó de impotencia, ante tanta inequidad.

Llegó el veinticinco de diciembre y el pueblo amaneció lleno de nieve y de árboles de Navidad adornados de luces brillantes y tintineantes. Luego aparecieron los Tres Reyes Magos repartiendo los más hermosos regalos nunca vistos antes. El hombre de buena envergadura y parco de palabras había cumplido con su promesa. Lo paradójico de esta increíble historia es que esta Tarjeta de Navidad se vende por todo el mundo para beneficio de los niños pobres. Liberado, Jesús de Nazaret camina por otros pueblos, donde también es repudiado por llamarse Jesús de Nazaret.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, lunes 19 de diciembre del 2022 – Perú

lunes, 12 de diciembre de 2022

En esta Navidad... Diciembre 2022

 NAVIDAD 2022

Y los árboles de Navidad
crecerán espontáneamente
en el corazón de los niños
unos recibirán maravillas
otros caramelos de miel
otros heraldos de adviento
los niños ricos y pobres
no sentirán fríos ni miserias
cantarán aleluyas al niño Dios
con los ojos pegados a un árbol
lleno de bolitas colgantes
y voces de todo el mundo
pidiendo que la tierra sea de todos.


Eduardo Borrero Vargas
Lima, domingo 11 de diciembre del 2022
Derechos Reservados. -

LA ECOLOGIA Y LAS NAVIDADES

Ya estamos cerca de las navidades. Mantengamos el equilibrio, pensando en que vivimos en un mundo tan desigual. Muchos de nuestros niños serán abrumados por los regalos, mientras que otros serán abrumados por las tristezas. Sé que no está en nuestras manos arreglar estas injusticias, pero al menos hagamos una reflexión y oremos para que el Niño Dios les de ese hálito de creer en un mundo mejor. No vayamos a terminar graficados en una tarjeta de Navidad.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, sábado 03 de diciembre del 2022

 NAVIDAD 2022

Anoche visité a Papá Noel
en viaje largo emprendido
a su hogar del polo norte
de eterna nieve levantado
el papá Noel ¡Jo Jo jo! reía
junto a los renos y al trineo
esperando la noche buena
para levantar vuelo al cielo
a rociarnos de amor infinito
ahora más feliz que nunca
sé que en esta lista mágica
estaremos todos nosotros.


Eduardo Borrero Vargas (Perú)
2 de diciembre 2022

martes, 6 de diciembre de 2022

María Elena

A María Elena, la busco en el mundo de los espejos. Esa sensación de búsqueda compulsiva me persigue de un tiempo atrás. No hace mucho, confieso, pero ahí está con todo su poder pidiéndome que no salga de su mundo. La busco a diario, por algo que no logro precisar. Sé que está presente y, desde un ángulo imperceptible de ese espejo de profundidad infinita, me aguaita y yo me hago el desentendido para no ahuyentarla. A veces, de reojo, la veo bien centrada, jugando con sus dedos, como si algo misterioso quisiera ocultar. En este juego hay cosas inexplicables, reconocería su voz, sus gestos y su delicado perfume, procedieran de donde procedieran. Su figura me es inconfundible, de eso estoy plenamente seguro. Sin embargo, hay dudas que me inquietan, ¿nos conocíamos, antes de nacer? ¿Existe esta posibilidad? ¿O es que de pequeños nos entreteníamos jugando al dime quién eres y te diré quién soy?

A menudo, imagino o pienso a haberla escuchado, en medio de nuestra euforia infantil, que ella venía del sur, señalándome con su dedo las puertas abiertas secuencialmente en el interior del espejo. Es un lugar maravilloso a miles de kilómetros al sur, me recalcó, para que no lo olvidara. En él, la miel brota de las remolachas que nacen espontaneas de la tierra. Enmudecí. Recién supe que del norte lo sabía todo; del sur nada. A veces, también ella entraba en mutismos prolongados; sin razón aparente. ¿Temor? ¿Dudas? ¿Un mundo creado artificialmente? Y me lo dijo con la mirada, ¿qué pasaría si un malvado arroja una piedra y rompe el espejo? ¿Dejaríamos de existir? ¿Tienes la respuesta? ¿Seguiríamos jugando?

Con el dedo índice sobre mis labios, le pedí silencio. Mira, ¿cómo podrían romper el espejo, si el espejo rota de lugar constantemente? Además, que quienes circulan frente a él viven tan absortos en su mundo externo, que ni sospechan que dentro de los espejos hay vida. Son ciegos y no conciben que hay mundos paralelos. Lo bello radica, recuérdalo, que al vivir en este sitio no envejeceremos. Nos veremos reducidos a lo que somos un: par de niños, jugando a ser adultos. ¿Te parece bien? ¿Estás más tranquila? Pero, dime ¿cómo me encontraste? ¿Por qué tendría que ser yo? ¿Tienes respuestas?

Esos temores, ahora se han replicado en mí, y no es que me falte el valor de seguir en ese estado de flotabilidad. Sino que, al romperse esta burbuja mágica, no sabría cómo ubicarte y me quedaría huérfano, solitario, departiendo con mi propia sombra. Como un ente parasitario. Sin metas, ni esperanzas. Rodando en círculos concéntricos, hasta caer atraído al núcleo negro. Y ser absorbido por densidades abrumadoras, donde todo es oscuridad y amargura. Si esto sucediera, ¿me salvarías sujetándome con tus pequeñas manos? ¿Lo prometes? ¡Ojo que es un pacto de honor! Eso es lo que me preocupa, el vivir alejado del mundo presente sin que a nadie le importe. Entonces, si este es el camino, ¿qué le vamos a ser? Vivir, sólo vivir, hasta rebasar los horizontes para buscar paraísos escondidos, donde jugaremos a las escondidas. ¿Verdad?

Lo único que temo, María Elena, es que este sueño de los espejos, sea consecuencia de otros sueños soñados en otros espejos. Temo que otros estén en fila reclamando y se les ocurra molestarnos para insertarnos en ellos, como si fueran ensueños entremezclados, manejados por manos ajenas, con la finalidad de hacernos perder la razón y someternos a sus designios y hacernos daño. ¿Tan importantes seremos? ¿Será envidia? De lo que sí estoy seguro, debemos aceptarlo, es que los que viven fuera de los espejos no saben que dentro de ellos se es niño. Por eso te pido que permanezcamos aquí; si salimos, el tiempo cronológico nos avasallará. Este es nuestro rincón.

¡María Elena! ¿María Elena? Te me estás yendo, ¿adónde crees que vas? Si tomas ese camino, no te volveré a ver. Sé que tus padres te llaman, apresúrate. El camino de regreso ya lo sabes de memoria. Yo te esperaré, ten la plena seguridad, ya soy parte de este espejo; sin mí, él también morirá.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, sábado 26 de noviembre del 2022
Derechos Reservados. -


domingo, 13 de noviembre de 2022

Cenotafio

Siluetas fugaces moviendo el infinito
metacarpos hurgando hondos hoyos
cenotafios orbitando líneas cerradas
César Vallejo rajando páginas negras.
 
Hermanos seguir y seguir muriendo
cenotafios mudos rasgando pausas
esperanzas huidas a paraísos huecos
donde el eco es un fluir de tristezas.
 
El mundo resume la vida y la muerte
pacto de un ser superior que no se ve
y que está agazapado entre las nubes.
 
Ay César Vallejo te quedaste hermano
tu rima seccionó las leyes del universo
el mundo es ahora tu cenotafio eterno.

 
Eduardo Borrero Vargas (Perú)

viernes, 11 de noviembre de 2022

EL árbol solitario

 Satisfecho estoy de ser un árbol plantado para dar consuelo
a mi vienen innumerables viajeros de lugares desconocidos
que después de arrancar montañas de pesares empozados
parten tercamente a martillar los mismos rastros recorridos.
 
Yo no sé porque el hombre se encadena a su infausto destino
el árbol solitario razonaba sin obtener respuesta a sus dilemas
quizá, decía, no soy quien deba meterme con destinos ajenos
o quizás colguemos de orbitas distantes como el sol y la luna.
 
Un día uno de ellos acongojado se abrazó a mi macizo tronco
no dijo palabra alguna, solo entendí a su corazón desesperado
sus lágrimas filtraron mi corteza y su savia de pesar me vistió.
 
Desde entonces sé que para algo sirvo en el camino de la vida
de esa encrucijada misteriosa de caminos nadie me empujará
seguiré ahí solitario esperando que otros destraben sus dudas.
 
Eduardo Borrero Vargas/ Derechos Reservados (PERÚ)


ÓLEO “EL ÁRBOL SOLITARIO” DE NILSA ESPONDA...ARGENTINA

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lunes, 31 de octubre de 2022

31 DE OCTUBRE...LLUVIA DE CARAMELOS...

HALLOWEEN INESPERADO

Germán Restrepo, se restregó lo ojos con desesperación. No sabía si estaba en el infierno o en el paraíso. Se le había metido en el mismo centro de la cabeza, como una pica clavada por la mano de un ser desconocido, que en los venideros meses –no precisaba el año- le llegaría una misiva conteniendo algo que lindaba con el misterio y que ocurriría un treinta y uno de octubre. Y al pensar en esa incertidumbre se le escalofriaba el cuerpo, la quijada se le desencajaba y los nervios destemplados no le ayudaban a aparentar una cierta compostura ante los demás. Su cuerpo, a su pesar, se había convertido en una masa gelatinosa y temblona que exudaba una sustancia acidulada de consistencia brillante y viscosa.

Selló las entradas de su habitación ya de por sí oscura, tratando de escudarse dentro de una muralla imaginaria de suma negrura, en la que él se refugiaba cuando presentía que algún engendro anónimo iba a pedirle cuentas. Entonces se camuflaba en esa pared, a compartir con otras almas abyectas, maldades y habilidades de torcer voluntades de seres bondadosos, solo por el purito placer de recordarse, que él era un ser nacido para ejercer los oficios más antiguos del mundo: maldad y daño. Amurallado en sus pensamientos, Germán Restrepo dormía con un ojo cerrado y otro abierto, con sus poros de la piel expuestos, como si fueran millones de ojos, esperando ver quién sería ese tan esperado e inquietante mensajero.

Pasaron siglos de esperas malditas y Germán Restrepo sentía sobre sus espaldas la corcova de la vejez, pero su mente ajada permanecía ágil y fresca, aunque compungida de que el tan esperado mensajero demorara tanto en llegar con la misiva conteniendo “quién sabe qué contenido” en su interior. El insomnio se convirtió en parte de su vivir, cargó con él como quien lleva colgado a su hombro, o a su cuello, un saco lleno de evocaciones molestosas. No se sabe si Germán Restrepo camina despierto o dormido.

Al fin, casi al del abismo final del fin del mundo, Germán Restrepo recibió la misiva tan esperada. En la misiva de letras doradas alcanzó a leer con sus ojos chamuscados por el pasar de los siglos, lo siguiente: Está usted invitado por la Asociación De Brujas Sin Fronteras a la fiesta de Halloween que se llevará a cabo este 31 de Octubre, en la explanada de la curva del diablo que queda al final del abismo del mundo. Firma ilegible. Entendió que debería ir y salió de su muro negro, se vistió de niño y caminó quedamente al lugar indicado. No se pudo precisar cuánto duró la caminata.

En la explanada del abismo del fin del mundo, se vio entrelazado a otros niños sin ojos regalando caramelos, a calabazas de ojos brillantes aullando, a fantasmas bailando charlestón, y a brujas de vestidos vaporosos cantando canciones satánicas. Toda una escena de pavor y a la vez de desenfreno: el gozo por el gozo a la maldad.

Germán Restrepo, sigue en su cama aferrado a su maldad, se despierta por ratos y de sus manos resbalan, miles de miles de caramelos.

Lima, lunes 31 de octubre del 2022
Derechos Reservados.-

martes, 18 de octubre de 2022

UNIVERSO

 ¿Somos único en la inmensidad del universo?
¿somos pedazos de indicios desperdigados?
o somos simples patrones erráticos neutros
o enlaces iónicos girados por un dedo divino.
 
¿Moriremos sin saber de dónde procedemos?
¿nuestra única función solo es la de dar vida?
o la de suministrar nuestra genética cósmica
a los que vendrán a ocupar nuestros puestos.
 
¿Somos la prognosis de conjuros anticipados?
o el desgano de un dios brutal jugando sucio
¡les daré vida pero sus biochips los controlo!
 
¡Después de la muerte hay vida eterna! ¿si?
incrédulo humano serás condenado a existir
hasta que tus genes se autodestruyan por sí.
 
Eduardo Borrero Vargas / Caja de Sueños
Lima, sábado 15 de octubre del 2022
Derechos reservados.-

sábado, 15 de octubre de 2022

NECEDADES

Hoy me he despertado de mala gana
preocupado en apuntalar mis huellas
como si entes detrás de las sombras
acondicionaran mi asustada neurona.
 
Tontamente he recalado a este juego
en el que siento bolsiquear mis ideas
para convertirlas en doceavas nimias
rodando en toneles irónicos y mudos.
 
No sé si rechazar mis necedades de ir
añadiendo pasos por caminos a elegir
o restarlos cuando el sol tarda en salir.
 
Sé que viviré colgado a estas congojas
de las mañanas y de las tardes turbias
hasta que se desvanezcan mis retinas.
 
Eduardo Borrero Vargas
Derechos Reservados.-

miércoles, 12 de octubre de 2022

La importancia de leer la literatura de nuestros pueblos

Cada escritor tiene su pueblo, real o ficticio pegado transversalmente en sus neuronas. Vemos así a Macondo, de García Márquez; a Comala, pueblo fantasma de la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo; también están las arcadias o puntos imaginarios, llenos de felicidad, que cada escritor trata de alcanzar. Es así que mi punto central (fiel de la balanza) narrativo es Sullana. Aún las suelas de mis zapatos –por si acaso- siguen impregnadas de yucún, ese pegajoso polvillo salitroso y etéreo que se levanta en cada pisada que damos y que se adhiere a nuestros poros para la eternidad. Convirtiéndose en el perfume identificatorio de todo norteño -lo digo con sinceridad-, ese vendría a ser nuestro carnet de identidad, único en el universo provinciano.

Lógicamente, el estilo en cada escritor nacido en un punto geográfico es sui géneris, debido a que cada uno de nosotros absorbe como esponja lo que nos rodea. Y la variedad saltará a la vista, desde la lectura del primer párrafo de la historia que será contada ya sea en tono intimista o abiertamente universal, si el escritor ha leído textos de otras latitudes. El intercalar palabras usadas en su diario vivir -oralidad regional- con las aprendidas o prestadas de textos escogidos, le permite estructurar mejor sus historias. En tanto el mundo se haga pequeño y seamos asediados por los medios de publicación masiva –cibernética/internet-, se correrá el peligro de perder la esencia de nuestra oralidad tan peculiar.

Ante esta realidad, sería conveniente que quienes estamos en este circuito mágico de crear literatura –narrativa y poesía- nos interesemos en hacer saber a los estudiantes que otros escritores nos antecedieron y debemos crearles la necesidad imperiosa de repasar o de leer sus obras literarias. Eso depende de las personas que dirigen la enseñanza en los colegios y están llamadas a hacerles recordar que la educación no se mide por la forma de hablar sino por la esencia que haya quedado en la mente y corazón de esos niños que pronto tomarán protagonismo. He visto por las visitas que he hecho a colegios de provincias y de Lima, que ciertas personas –la minoría- abusando de la avidez de los niños y niñas por conocer nuevos mundos, a través de la lectura, se han vuelto escritores a las volandas; astutamente visitan colegios y con un lenguaje suculento inducen a los alumnos a comprarles sus libros mal estructurados. Vil manera de hacerse la vida.

Me apena recalcar esto, pero, si nosotros no jugamos limpio con esas mentes en formación, el día de mañana, al cruzarnos con ellos por las calles del mundo, quizá seamos motivo de burlas o de rechazo o de gestos de indiferencia. No olvidemos que en esta corta vida todo se revierte. Tarde o temprano, ellos serán nuestros jueces.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, miércoles 12 de octubre del 2022
Derechos Reservados.-

domingo, 9 de octubre de 2022

EL HAZ Y EL ENVÉS DE LOS PUEBLOS…

EL ENVÉS DE SULLANA

Aunque se desconoce el año o el siglo de los siglos perdidos en la memoria, cuál Tallán la narró, es de creer que sucedió así, porque sigue grabado en la memoria de los descendientes que aún cruzan por esos arenales calenturosos. Se cuenta en las sagradas leyendas tallanes que un día, que no se puede determinar porque en esos albores no había días ni semanas como los conocemos ahora, sino simplemente siglos que pasaban de largo encajándose naturalmente en la continuidad del quehacer humano, los tallanes convocaron a todas las aves y animales de la comarca. A las aves les encomendaron buscar una lomada cerca de un río caudaloso y que la demarcaran defecando sobre ella. Sitio exacto, donde ellos, más tarde, levantarían sus moradas. A los animales les encomendaron que una vez asentados en ese lugar ocuparan bosques, valles, holladas, quebradas, cuchillas, cerrerías, “ojos de agua” y se multiplicaran por los alrededores donde encontrarían sana y abundante comida. Así pues, prosigue la leyenda oral referida, “seremos confrontados con gente del otro lado del mundo. De nuestra chicha de maíz alborotadora beberán los dos pueblos, nos mestizaremos, pero prevalecerán nuestras costumbres y nuestras voces serán cantarinas y pausadas con precisos e inocentes ¡guas! Y los ojos siempre mirarán al envés, porque de ese lado converge nuestra naturaleza”.

He aquí que se cumplió lo narrado oralmente por ese tallán. Esa comarca, después de muchos deslindes de “toponimólogos”, concluyó que esa lomada llamada Sullana debería llamarse Sullana. Grata la noticia, porque nos dio derechos y una identidad muy curiosa, que no la tienen otros pueblos, la de ver más allá del envés. Ciertamente, para dejarlo bien sentado, al nacer Sullana el gentilicio de “Envés Sullanero” ya es parte de nuestras herencias. Entonces, queda en claro que los sullaneros al ser miradores del envés vemos las cosas de una forma distinta o peculiar. Esta peculiaridad nos encamina a ser fabuladores, cuenteros, noveleros, historiadores, chamanes, imagineros, moneros, poetas, músicos, cantores, pintores, compositores, maromeros y sujetos presa de temores, fantasmas y aparecidos. Vivimos atravesados por un río generoso pero repleto de iras y de árboles, de arbustos y flores insondables. No nos encorajinamos si nos llaman burros, caballos, mulos u otras expresiones alusivas a los animales, pues eso somos, animales pero inteligentes y creativos. Ese es nuestro mundo rayano a la locura, pero somos libres como una cometa soltada al viento.

Lo escrito arriba es una manera de prepararlos a ingresar a lecturas fantásticas o llamémosles “Cuentos Irracionales”, “Cuentos Patéticos”, “Cuentos Distraídos”, etc., ya que ninguno de ellos está sujeto al tiempo, a la rigidez de la realidad, a la memoria traicionera. Simplemente, son juegos virtuales que aparentan ser verdaderos. Ustedes, quienes los lean, sacarán sus conclusiones. Y a estos sullaneros, se preguntará mucha gente, ajena a nuestro universo… ¿de dónde diablos les viene el envés?

Eduardo Borrero Vargas 

jueves, 6 de octubre de 2022

SEPTIEMBRE, UN HIMNO A NATALÍ

Hace poco, dudando si entrar o no a la casona de San Marcos, oí a lo lejos:

La Plaza Roja desierta, delante de mi Natali

Mi memoria musical se activó…me acerqué para oírla más claramente. Los hermanos Arriagada cantando esa canción. Se me alborotaron los sentimientos. Retrocedí a los años sesenta. El parque universitario lucía su verdor primaveral. Tiempos viejos: de estudios, apasionamientos, dudas, enamoramientos, sueños y viajes fantásticos. Nuestra imaginación volaba lejos. Europa era nuestra máxima ilusión y Rusia el país ideal a alcanzar. Y llegar a conocer a esa Natalí, como la describe la canción cantada por Los Hermanos Arriagada, se convirtió en una obsesión enloquecedora:

Hablaba en francés muy sobrio,
de la revolución de Octubre.
y yo pensaba ya, que de la tumba de Lenín,
iríamos al café Pushkín a tomar chocolate.
la plaza roja desierta;
rubio era el cabello de mi guía, Natalí, Natalí.

¿Qué joven universitario, no estaba enamorado de Natalí, de esa rusa rubia, de ojos profundos y hermosos? ¡En ella estaban reunidas todas las mujeres del mundo! ¡Qué interpretación la de los Hermanos Arriagada! En la cantina, donde solíamos reunirnos, por el Jirón Huanta, cerca de la casona vieja de San Marcos, escuchábamos nuestra canción favorita. La rockola de su cantina de medio pelo, no cesaba de sonar: Natalí…Natalí…máquina angurrienta, por las monedas de los compañeros que se levantaban a apretar la tecla sucia y borrosa, para seguir oyendo Natali. Enardecidos por el licor con mis amigos, seguíamos la letra con emoción, mientras jugábamos a los dados. Nadie quería perder. Sacar cinco ases era imprescindible, para mantener los bolsillos a salvo. Teníamos tres oportunidades para lanzar los dados. El último intento era el de la verdad. Nos concentrábamos. Tomábamos el mejor cubilete. Lo mirábamos con respeto. Hasta que por fin nos decidíamos. Lo levantábamos con sumo cuidado, como si tuviéramos en nuestras manos una imagen sagrada. En ese momento, no había nada en el mundo que nos distrajera. Era tan sólo el cubilete y el jugador. Lo sacudíamos debajo de la mesa. Lo soplábamos tres veces. Un golpe fuerte en el codo. Mano en alto y ¡zas! cubilete boca abajo sobre el tablero de la mesa y, en un hábil movimiento de muñeca veíamos saltar y rodar sin rumbo fijo los cinco dados y el que los había tirado hubiese querido tener una mano invisible para acomodar las caras a su conveniencia. Pero estos benditos cuadrados enseñaban la cara que les daba la gana. Las exclamaciones no se dejaban esperar: unas eran de alivio y otras de rabia. ¡Desgracia, gritaba el perdedor! No había otra oportunidad, la suerte le había sido adversa. Descorazonado, mascullaba: ¡Que mala leche!

Querían saberlo todo, Natalí traducía.
Moscú, los llanos de Ucrania y Les Champs Elysées
Oh, de todo se habló, después cantamos;
Luego ellos muy alegres, abrieron botellas
De champagne de Francia, luego bailamos…

Así pasaban las horas. Todos sudábamos frío. Mentalmente, hacíamos inventario de las monedas de nuestros escuálidos bolsillos. ¿Y ahora, dónde conseguimos dinero? Discusiones iban y venían. Nadie quería asumir la parte de su deuda. Caramba, hagamos un fondo y demos solución a este asunto. Disimuladamente, alguien se acercaba a la rockola metía una moneda y nuevamente “Natalí” llenaba la cantina. La paz nos alcanzaba y la ternura nos tocaba el corazón y, abrazados, cantábamos la última estrofa… “Qué vacía se quedó mi vida…más sé que un día en París…seré yo quien servirá de guía, Natalí, Natalí…”.

Cabizbajos y en un silencio total, caminábamos por la calle, como condenados camino al cadalso. Tristes los limeños se encaminaban a sus casas y los provincianos, añorando el calor del hogar, a sus pensiones. La resaca del día siguiente se convertía en triunfo. Habíamos cambiado el mundo, pensábamos: total, solo éramos unos quijotes peleando contra molinos de viento. Pero también llegaban nuestros “DIES IRAE”. Al salir de la cantina, la locura nos invadía, era como si en ese momento nuestro cerebro fuera marcado con fuego por el Réquiem de Mozart donde el compositor lucha contra Dios con su única arma, la música. Contra ese Dios a veces tan benévolo y otras veces tan cruel. ¡Nuestra existencia no tiene sentido!, murmurábamos. ¿Por qué Dios había tenido la desvergüenza de traernos a un mundo trastocado? ¿Quién lo autorizó…? La vida es una mierda, gritábamos a gañote limpio. En la acera opuesta, un borrachín contestaba: ¡Si la vida es una mierda, el suicidio es un deber!

Otras veces, por revoltosos terminábamos en la comisaria. El comandante del puesto policial nos hacía formar en fila india. ¡Somos universitarios sanmarquinos! Nuestra frase mágica surtía efecto. Por esa época, a los universitarios no se les podía detener en las comisarías. El comandante, llamaba al cabo y con voz marcial ordenaba: ¡Esos zánganos afuera! En otras oportunidades, los desmadres sí que eran grandes. Una vez, ya atardeciendo, en la puerta de la cantina de Cabrera, nos topamos con un capitán de la Guardia Civil. Han pasado los años y hasta ahora no logramos descubrir quién encendió la mecha. De repente, vimos al capitán en el suelo forcejeando con el Negro. Tratamos de ayudar a nuestro amigo, pero el Capitán hizo el ademán de sacar un arma. Huimos despavoridos. A una distancia prudente azuzábamos al Negro: ¡corre¡… ¡corre¡ En un esfuerzo sobrehumano el Negro se zafó y salió disparado por el Jirón Huanta. Llegaron a la esquina del jirón Puno y el Negro vio al frente el Jardín Botánico. ¡Lo atraparon! No, porque en un arranque de desesperación el Negro se impulsó y saltó como un felino el muro de adobe de cuatro metros. El capitán se quedó atónito, miró a su alrededor. Retrocedió al jirón Huanta, montó en su auto y se alejó. Nos acercamos sigilosamente al muro. ¡Negro¡…¡Negro! Pasaban los minutos. Cuando a lo lejos escuchamos ruidos de alguien corriendo y gimoteando: ¡Auxilio¡…¡Auxilio¡… Cuando nos alistábamos para ayudarlo, sentimos un golpe seco a nuestras espaldas y ahí milagrosamente estaba el Negro parado, tembloroso y castañeteándole los dientes. ¿Qué había pasado? En su frenética huida, el Negro pensando que el policía había logrado saltar el muro, siguió esquivando los árboles del Jardín Botánico, hasta topar con otro muro más pequeño. Trepó y se dejó caer al otro lado. Cayó sobre cuerpos y, pensando que eran alcohólicos acurrucados para darse calor, les pidió disculpas. Para tranquilizarlos, les habló en voz baja…compañeros de infortunio…un policía me persigue. Seguidamente buscó un rincón para acomodarse y recuperar el aliento. Pasaron los minutos. Sus ojos se acostumbraron a la penumbra. Con detenimiento observó que los cuerpos no se movían y desprendían un olor fétido. ¡Son muertos!, gritó espantado. En pocos, segundos saltó la tapia. Tomó el camino de regreso. Esta vez no era un policía quien lo perseguía sino un ejército de muertos resucitados por algún conjuro. Nosotros nos quedamos mudos. Petrificados por el terror. Regresamos a la cantina para comentar este incidente terrible. ¡Negro, has estado en la morgue! ¿Pero por qué tantos cadáveres tirados en el suelo? Estuvimos un rato más, para apaciguar nuestras almas y luego nos retiramos con el espanto pegado a las espaldas. Esa noche sí que tuve pesadillas. Amaneció y me alisté para las clases de la universidad. Como de costumbre, me dirigí a tomar el reconfortante y vitaminizado desayuno del comedor de estudiantes, llamado “la muerte lenta” que quedaba en el Jardín Botánico, al costado de la morgue. A los estudiantes universitarios, la escasez de monedas nos empuja a ser expertos lectores de primeras páginas. Este hábito me llevó a un puesto de periódicos, repasé al ojo todos los titulares… el de La Ultima Hora…me llamó la atención…en letras mayúsculas se leía la trágica noticia: “Veinte fríos…pelona se los llevó…chofer maldito fugó”. El destino le había hecho una perrada al amigo.

Sartre nos ponía en jaque con su “Ser y la Nada” y Camus con su “Mito de Sísifo” o el “El Extranjero” al borde de la locura. A veces, nuestras respuestas eran optimistas, otras, fatales. Como cuando recordábamos “El Extranjero” de Camus y comentábamos: ¡la muerte da igual a los veinte, treinta, cuarenta o sesenta…! Y cantábamos:

Quedé yo solo con mi guía, Natalí.
Ya no hubo más preguntas sobre la revolución de Octubre;
Ya no estábamos allí, se acabó la tumba de Lenín,
El chocolate del café Pushkín, todo lejos quedó.

Cuando despertamos de este sueño, la realidad nos golpeó la cara tan fuerte que hasta ahora permanecemos aturdidos. Nuestro mundo virtual se derrumbó. La suerte, que para mí, es como cuando un gallinazo volando a gran altura se caga sobre miles de personas y la cagada aterriza sobre la cabeza de un desprevenido caminante de esta vida y se pregunta: ¿Por qué a mí?. Así sucedió, la fortuna nos fue adversa. De nuestro grupo, nadie viajó a Rusia, creo que solo llegamos a Trujillo por el Norte, Huancayo por el Este, Ica por el Sur y por el Oeste al mar, hasta donde nos alcanzaba la vista. La imagen de nuestra Natalí fue borrándose. Pero no por eso dejaremos de pensar en ella. Nuestra compañera de esa aventura universitaria, vivirá eternamente joven y hermosa. 

Que vacía se quedó mi vida,
Más sé qué un día en París…
Eduardo Borrero Vargas
Lima, martes 28 de agosto del 2022
Derechos Reservados.-
Universidad Nacional Mayor de "San Marcos"

martes, 4 de octubre de 2022

SULLANA...COSAS QUE SUCEDEN…

1.- Nuestra amiga Marianela Mora Chorres con tesón y valentía recuperó la Sala Víctor Borrero Vargas. Ahora se podrá usar para la presentación de eventos culturales.

2.- El alcalde Power…está con la Alcaldía de Sullana intervenida…por uñas largas.

3.- Ojo Escritores JODSAN, Yacky, Irayda, Jenny Vallejo etc…etc. Pasen la voz los escritores, poetas, pintores…Que Sullana a partir de ahora es libre para alzar su voz.

4.- Que el amigo que maneja “El patronato Cultural de Sullana” renuncie (amigo de Power Saldaña) y que de aquí en adelante el cargo debería ser de dos (2) años. Sugiero.

5.- Sullana siempre con un pie adelante… ¡Dios nos Bendiga!

Lima, domingo 18 de septiembre del 2022

En el Día Internacional de la Paz, los escritores (damas y caballeros) de Editorial Hispana USA envían sus mensajes de paz al universo a través de su pluma del amor y el entendimiento.

Sin paz no hay progreso y no hay vida plena. ¡Viva la paz, viva la vida!

sábado, 1 de octubre de 2022

Los 90 años de Luz F. Borrero Vargas

 Los maravillosos noventa años de mi hermana
Luz Francisca Borrero Vargas
Sábado 01 de octubre del 2022



Los maravillosos noventa años de mi hermana
Luz Francisca Borrero Vargas
Sábado 01 de octubre del 2022



lunes, 22 de agosto de 2022

FLASH…FLASH... "LAS MIL FRASES"

1.- Un niño le enseñó una casa prisionera del olvido. Intentó tomar posesión de ella. Entendió rápidamente que al tomarla negaría su ser.

2.- Entendió en un escondido desierto solitario, que dos puntos equidistantes jamás podrán juntarse.

3.- En el dintel de las verdades, aprendió que es malo vivir colgado de las mentiras.

4.- Tomar el tiempo perteneciente a otros, rodando cabezas con una segadora hambrienta.

5.- La vida es una obra de teatro cíclica puesta en escena por un tramoyista en complicidad con un Director mal intencionado.

6.- De golpe adquirió conciencia de sí mismo y se comportó como un monstruo humano.

7.- Nosotros los humanos obedecemos a una lógica perversa transmitida por nuestro código genético.

8.- La vida es una melodía hermosa que fluye a cuenta gotas de un piano sin teclas.

9.- El hombre en su magnitud engañosa suele caminar en dos patas y en otras lo hace como un ser de cien, reptando en los bolsillos de los demás.

10.- Cuando converses con un hombre ten en cuenta que, al tener mil caras, no sabrás con cuál de ellas estás hablando.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, lunes 31 de enero del 2022
Derechos Reservados.- 

DISTINCIÓN Y/O RECONOCIMIENTO

viernes, 19 de agosto de 2022

BREVES APUNTES SOBRE EL APELLIDO BORRERO

En España, en 1503, los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, crearon La Casa de Contratación de Sevilla, con el fin de poder controlar, administrar, fomentar y regular todo el tráfico y la navegación con las llamadas Indias que luego llamaríamos Nuevo Mundo, pues fueron declaradas mercado reservado de Castilla.

Nadie podía embarcarse hacia América y tampoco podía fletar mercancías con este destino sin pasar por la Casa De Contratación de Sevilla, igualmente todas las mercancías procedentes de las Indias debían pasar por este control al ingresar a España y pagar al entrar un impuesto del 20% a la Corona. También regulaba la emigración, vigilaba lo que entraba y lo que salía.

También se dejaba registrado en esta Casa, con obligatoriedad, los informes, acerca del itinerario del viaje a las Indias, se entregaban informes al regreso donde se escribía sobre lo descubierto y explorado para construir archivos, cartografía y mejor dicho para poder hacer toda una “base de datos” que diera cuenta de geografía, etnias e idiomas.

La Casa terminó por convertirse en todo un organismo científico e historiográfico además de ser centro del comercio. En 1717 esta Casa se trasladó a Cádiz, y en 1790 dejó de existir, como consecuencia de las reformas en España, pues en 1778 se sancionaron nuevas leyes, entre las cuales estaban las de Libre Comercio, habían llegado los aires del Liberalismo y se estaba cambiando de época, había llegado la Ilustración.

En 1760 se presentaron 6 hermanos Borrero Ramírez ante esta Casa para diligenciar su viaje al Nuevo Mundo, indicaron que habían nacido en Alosno un pequeño pueblo de la provincia de Huelva, que pertenece a Andalucía, que eran los hijos del hogar formado por su padre: Antonio de Padua Borrero, hijo de Juan Borrero y María García; y su madre: María Ignacia Ramírez, hija de Pedro Alonso Ramírez y Antonia Márquez. Los 6 hermanos eran: Pedro, Juan, Manuel, Antonio, Bartolomé y José Sebastián.

Los Borrero Ramírez, vivían en Alosno y ejercían el oficio de acuñador de moneda, conocimientos que los llevó a solicitar una licencia de la Casa de Contratación de Sevilla para viajar al Nuevo Reino de Granada (hoy Colombia, Venezuela y Perú) para dedicarse a la misión de acuñar monedas en nombre del Rey.

Los Borrero procedían de una familia austriaca de apellido Bohr que se trasladó de Nieder (hoy pequeño lugar de Austria con unos 4 mil habitantes) a Huelva, en tiempos en que el rey Carlos V era gobernante de España y también de Austria.

No se sabe exactamente cuándo ni porqué modificaron su apellido, pero como en buen castellano la palabra “Borrero” significa “ejecutor de la justicia”, se cree que puede haber una relación entre el oficio de acuñadores del rey con el cambio del Bohr original al Borrero

En 1993 cuando cursaba 5 semestres de Licenciatura en Historia en la Universidad del Valle, mi tío Clemens Borrero me contrató para realizar la investigación que diera cuenta sobre el origen de su apellido, sólo había escuchado hasta su abuelo Adriano. Entonces busqué la partida de nacimiento de Adriano y ahí estaban consignados los nombres de sus padres, y así me fui devolviendo en el tiempo buscando en partidas de bautizo, matrimonio y defunciones, en diversos archivos eclesiásticos en Cerrito, Palmira, Guacarí y Buga. Afortunadamente gracias a la musa Clío, pude hallar los documentos que databan de hasta 2 siglos atrás, y en los despachos parroquiales de estos municipios me permitieron muy gentilmente la entrada. Luego los datos de los hermanos Borrero que llegaron a Colombia los tomé del Diccionario Bibliográfico de Colombia de Joaquín Ospina, y complementé con la información de Historia y Geografía de El Cerrito escrito por Eduardo Riascos, y con Amparo Vargas Jaramillo conseguí saber a cerca de la arquitectura de la hacienda Piedechinche, valle del Cauca la guía de cómo “rastrear” los documentos me la brindaron en ese momento mis profesores Margarita Garrido, José Escorcia y Nelly Vallecilla experta en Paleografía.

Entonces a partir del primer texto que se escribió, lo presento reformado en su estilo y con algunos otros datos, para no hacer tan larga y llena de fechas la lectura, se han retirado las fechas de nacimiento y muerte de cada una de las personas que se mencionan, pero si el lector está interesado en conocer de qué archivo se tomó el dato, comuníquese conmigo.

Recientemente he puesto el escudo heráldico, un aporte de George Borrero, quien nos escribió y lo envió.

En resumen:

El apellido Borrero era realmente Bohr en Austria para la época de Carlos V, una buena familia pasó a España y castellanizó el apellido como Borrero, eran acuñadores de las monedas del rey, y buscando fortuna viajaron al Nuevo Mundo 6 hermanos, 2 de ellos se quedaron en las haciendas del Gran Cauca, se casaron y tuvieron familias, y fueron hacendados en las regiones que hoy comprenden Amaime, Cerrito y Buga. En el siglo XIX, uno de estos hacendados Borrero tuvo amoríos con su esclava Jacinta, y sus hijos nacieron mulatos, de ahí estos se mezclaron con otros mestizos, y así fue creciendo la familia. Mi tatarabuelo era hijo de Jacinta, se llamaba Guillermo, y cuando llegó la abolición de la esclavitud pasó a ser Borrero, él tuvo a mi bisabuelo Adriano quien se casó 3 veces, este tuvo a Luis Carlos quien viene a ser mi abuelo; y este es el padre de mi mamá.

Alma Luz Hurtado Borrero
Colombia

 

BORRERO: LINAJE SEFARDITA

A la fecha hay censados en España: 3,634 Borrero como primer apellido, 3619 Borrero como segundo apellido y 35 Borrero con ambos apellidos. Nuestro origen definitivamente es Judío. Respetemos nuestros ancestros y cuidemos que nuestro apellido siempre se mantenga en alto. No bajemos la guardia y en el contexto mundial sumemos y no restemos por envidia u otro interés mezquino. Seamos intelectuales y si nuestro trabajo es manual hagámoslo como si estuviésemos creando una obra de arte. Haciendo las restas y las sumas nos encontramos que en este preciso instante, hay más Borrero entre el Ecuador y Perú.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, 25 de Mayo del 2022
Eduardo Borrero Vargas

 DISTINCIÓN Y/O RECONOCIMIENTO