Un
collage vivencial es lo que en este preciso instante me ha impulsado a
escribir, como una especie de catarsis, este pequeño relato. Un hombre, a mi
edad, debe dejar huellas indelebles en las personas: hijos, nietos, familiares,
amigos, amigas y en todos aquellos que nos rodean a quienes ya sumamos décadas
de vida. En realidad, mi vida ha sido sencilla y me he contentado con triunfos
compartidos. He procurado ser sensible y hasta humilde diría, no le he hecho
daño a nadie ni he envidiado cosas y cualidades ajenas. ¡Solo sigo siendo un niño
“adulto”! Y mi poema “No me pregunten quién soy” así lo afirma: “Nací en
Sullana/En una calle con olor a tierra” … en un mes de septiembre. He
gozado y seguiré confiando en la magia de los nuevos comienzos y en los oficios
más dulces del mundo:
jueves, 26 de agosto de 2021
Oficios de un hombre
- Buen esposo
Eduardo
Borrero Vargas
Derechos
Reservados. –
Lima,
07 de septiembre del 2021
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