martes, 10 de noviembre de 2020

Ricardo Santiago Musse Carrasco

 (Profano demiurgo)

Ricardo Musse

En el mundo de Ricardo Santiago Musse nada es efímero, en el hay vasos comunicantes que se van decantando a otros universos armónicos en los que priman la alegría, la pasión, la dulzura, la amargura y lo inalcanzable del amor. Sus poemas perfectamente concebidos son de una entrega total, en los que nada esconde, esperando el momento propicio para exhibirlos como joyas únicas y auténticas, guardadas en su corazón, para sus fieles seguidores. ¿Cuántas horas de vela le habrá costado trabajar esas joyas? Solo él lo sabrá y no me atrevería a peguntarle; sé lo que cuesta encontrar la palabra precisa para redondear un verso. Es duro y, a veces, delante de la hoja en blanco uno se queda como pasmado, mirando ese papelucho vacío que juega al juego temerario: ¿Te atreves o no te atreves? Y uno se levanta, rumiando sus frustraciones, a dar vueltas y a regresar terco, nuevamente a lidiar con el papel en blanco o con la pantalla del ordenador. La mente, en lugar de ayudarnos, nos traiciona miserablemente, haciendo que la palabra recientemente concebida se esfume de pronto y nos deje estáticos sin saber por qué lo hace. Son parte de las siete estaciones existenciales, por las que los poetas (mujeres u hombres) debemos pasar.

Ricardo para nosotros, eres sullanero y nuestro pueblo, debería erigirte un monumento a la palabra labrada en los hornos del dulce fuego donde sólo los grandes pueden crear bellos versos para el mundo.

Eduardo Borrero Vargas
Lima, sábado 5 septiembre 2020
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