SOS…MUNDO
El hombre y sus ejércitos de muerte,
con la ayuda de científicos mercenarios, buscan la limpieza de sus operaciones
bélicas. Les incomoda esperar años para desfilar con sus tropas sincronizadas,
con el uno dos, por las avenidas principales de las ciudades devastadas.
Pronto, las bombas atómicas pasarán al olvido. Buscan por todos los medios
perfeccionar una bomba que no destruya las ciudades. A esto le llaman bombas limpias.
Todo quedará en pie, menos cualquier ser viviente. Y eso les permitiría entrar
triunfantes, con sus tropas perfectamente alineadas, para que sus mandos
militares –en tribunas especiales- las aplaudan y les lean arengas preparadas
por sus edecanes. ¡Pronto el mundo será nuestro!, gritan desaforados. Y estos
pueblos sojuzgados entrarán a nuestro servicio. Borraremos su memoria. Los
convertiremos en esclavos bélicos. El mundo no tardará en caer en nuestras
manos. Y no habrá SOS al Mundo que les salve de esta trampa mortal.
Sigamos…otras ciudades caerán.