Al parecer, entre varios hombres de letras radicados en Lima, hay un convencimiento y afirmación con respecto a la literatura en Sullana y de Piura en general sobre que los poetas y los narradores son muchos, es como si el espacio geográfico moldeara o tuviera mucha influencia en la naturaleza sensible y soñadora de los poetas y narradores de la Región, como puede evidenciarse en la producción fecunda de los piuranos en el campo de la literatura.
No hace mucho asistimos al nacimiento de un libro cuyo autor hoy nos gratifica con otro titulado BOSQUES SECOS, dividido en dos partes. Que significa esto, que el alma del narrador y poeta se desborda intempestivamente a torrentes, o que esa producción guardada se libera de a pocos para ser compartida con los demás; sea cual fuere la razón, los otros aplaudimos este coraje de hacer literatura y publicarla en soportes tradicionales, en este tiempo de revolución tecnológica, en que mucha gente se acerca a la lectura a través de lo virtual.
La primera parte del libro, POEMAS
OCULTOS, realmente descubre al moldeador de la palabra hecha versos,
nos presenta a Eduardo Barrero Vargas transitando de la mano con el paisaje y
la naturaleza, en un mundo donde el colibrí se entrelaza con el ave luisa, y se
mezcla con el canto del choqueco y la arquitectura del hornero tallán. En esta poesía
llena de figuras hechas arte en la palabra, se retrata el alma y la experiencia
del autor Eduardo Borrero Vargas, entregando las vivencias suyas que en buena parte
son las del género humano, del hombre hecho barro que no puede escapar a los
conflictos y congojas, que no puede eludir las discrepancias ni puede escapar a
la dualidad de la vida, y se manifiestan ya sea en la alameda de los ciruelos,
o bajo la flor del algarrobo humedecido por la lluvia
No se escapan a estas poesías de vida, una en relación con la
pobreza no vivida como experiencia personal, sino captada a partir del paisaje
social, de un mundo de exclusiones sociales que aún se mantiene débilmente en
algunos espacios que se niegan al reconocimiento y trato igualitario para el
resero, el suertero, el negro, el blanco, el indio o el amarillo.
En la segunda parte, un cuento: LA
MAQUINA QUE DEVORA CRISTIANOS, nos mantiene atrapados en una lectura
que nos permite recorrer el tiempo y encontramos con un paisaje social ya inexistente,
con un teatro de vida humana que se protagonizaba en otro contexto socio
temporal, cargado de tradiciones y de supersticiones muy tenidas en cuenta en
sectores medios, y sobre todo en el sector urbano popular y en el campo. Los
personajes principales del cuento resumen una manera de ser de muchas personas,
que paralelamente a sus creencias cristiano católicas mantenían las prácticas y
creencias de sus ancestros, por eso aparece al lado del Señor Cautivo de
Ayabaca, la figura del brujo, aquél señor a veces misterioso que como una
especie de oráculo leía el porvenir y recomendaba qué hacer en diversas
circunstancias el cuento retrata una forma de vida de ayer, bucólica, serena, imperturbable,
porque aún no aparecía esta tecnología que acelera y cambia nuestra forma de
pensar y de obrar.
Esperamos pues, que la vena literaria de
Eduardo Borrero Vargas no se agote ahora, y que siga por siempre, dando estos
testimonios de vida y esta entereza de seguir construyendo literatura a partir
de la realidad.
Al parecer, entre varios hombres de letras
radicados en Lima, hay un convencimiento y afirmación con respecto a la
literatura en Sullana y de Piura en general sobre que los poetas y los
narradores son muchos, es como si el espacio geográfico moldeara o tuviera
mucha influencia en la naturaleza sensible y soñadora de los poetas y
narradores de la Región, como puede evidenciarse en la producción fecunda de
los piuranos en el campo de la literatura.
No hace mucho asistimos al nacimiento de un
libro cuyo autor hoy nos gratifica con otro titulado BOSQUES SECOS, dividido
en dos partes. Que significa esto, que el alma del narrador y poeta se desborda
intempestivamente a torrentes, o que esa producción guardada se libera de a
pocos para ser compartida con los demás; sea cual fuere la razón, los otros
aplaudimos este coraje de hacer literatura y publicarla en soportes
tradicionales, en este tiempo de revolución tecnológica, en que mucha gente se
acerca a la lectura a través de lo virtual.
La primera parte del libro, POEMAS
OCULTOS, realmente descubre al moldeador de la palabra hecha versos,
nos presenta a Eduardo Barrero Vargas transitando de la mano con el paisaje y
la naturaleza, en un mundo donde el colibrí se entrelaza con el ave luisa, y se
mezcla con el canto del choqueco y la arquitectura del hornero tallán. En esta poesía
llena de figuras hechas arte en la palabra, se retrata el alma y la experiencia
del autor Eduardo Borrero Vargas, entregando las vivencias suyas que en buena parte
son las del género humano, del hombre hecho barro que no puede escapar a los
conflictos y congojas, que no puede eludir las discrepancias ni puede escapar a
la dualidad de la vida, y se manifiestan ya sea en la alameda de los ciruelos,
o bajo la flor del algarrobo humedecido por la lluvia
No se escapan a estas poesías de vida, una en relación con la
pobreza no vivida como experiencia personal, sino captada a partir del paisaje
social, de un mundo de exclusiones sociales que aún se mantiene débilmente en
algunos espacios que se niegan al reconocimiento y trato igualitario para el
resero, el suertero, el negro, el blanco, el indio o el amarillo.
En la segunda parte, un cuento: LA
MAQUINA QUE DEVORA CRISTIANOS, nos mantiene atrapados en una lectura
que nos permite recorrer el tiempo y encontramos con un paisaje social ya inexistente,
con un teatro de vida humana que se protagonizaba en otro contexto socio
temporal, cargado de tradiciones y de supersticiones muy tenidas en cuenta en
sectores medios, y sobre todo en el sector urbano popular y en el campo. Los
personajes principales del cuento resumen una manera de ser de muchas personas,
que paralelamente a sus creencias cristiano católicas mantenían las prácticas y
creencias de sus ancestros, por eso aparece al lado del Señor Cautivo de
Ayabaca, la figura del brujo, aquél señor a veces misterioso que como una
especie de oráculo leía el porvenir y recomendaba qué hacer en diversas
circunstancias el cuento retrata una forma de vida de ayer, bucólica, serena, imperturbable,
porque aún no aparecía esta tecnología que acelera y cambia nuestra forma de
pensar y de obrar.
Esperamos pues, que la vena literaria de
Eduardo Borrero Vargas no se agote ahora, y que siga por siempre, dando estos
testimonios de vida y esta entereza de seguir construyendo literatura a partir
de la realidad.
AVE
LUISA
Para la prima Florencla Vargas Rey y su mundo celeste"
Eduardo Borrero Vargas publica "Bosque secos"
El escritor sullanero Eduardo Vargas Borrero ha publicado el libro “BOSQUES SECOS” (poemas y cuentos), el mismo que fue presentado en Lima y Sullana.
El libro ha sido prologado por el conocido investigador e historiador sullanero, don Miguel Arturo Seminario Ojeda, acucioso estudiador de la historia de Sullana y la región Piura.
El libro fue editado con el auspicio de la Asociación Cultural Tallán, institución con residencia en Lima
Bosques secos
Parte I: Poemas ocultos
Parte II: La máquina devoradora de cristianos
1º edición Lima 2009
Eduardo Borrero Vargas
Email: Eduardo Borrero <eborrerovargas@gmail.com>
Carátula: Angin Borrero Rojas, Aldo Borrero Rojas
Corrector: Alina Borrero Rojas, Ilde Borrero Rojas
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú:
Nº 2009-15342
Derecho Reservado
Auspicio: Asociación Cultural Tallán
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