De Sullana para el mundo...
La congresista María Luisa Silupú Inga, en representación del
Congreso de la República, con fecha 15 de julio del 2021, otorgó un
Diploma de Reconocimiento a Eduardo Borrero Vargas por su labor literaria
De Sullana para el mundo...
La congresista María Luisa Silupú Inga, en representación del
Congreso de la República, con fecha 15 de julio del 2021, otorgó un
Diploma de Reconocimiento a Eduardo Borrero Vargas por su labor literaria
En
cada punto geográfico de esta llamada Tierra, -exponía Benito Segovia en la
sala principal de la Biblioteca Municipal de un pueblo norteño, asentado en los
linderos de un arenal tan árido y extenso que se perdía al este del lugar-
nacen escritores llamados a quedar conectados en la memoria colectiva. Uno de
ellos, cuyo nombre se ha rescatado milagrosamente usando pesquisas de descarte,
es Juan Dunas Manchego. Mi intervención en esta extravagante historia, escrita
en papel sobrante de los mercados, es para contarles que el autor apenas logró
editar diez ejemplares, uno de los cuales es el que les muestro y, como podrán
observar, más parece papel cebolla por lo viejo. O sea que mi papel en este
conversatorio se reduce a ser un simple espectador de otros espectadores, que
dicen haberse deleitado con la lectura de “Cuentos Parabólicos”. Aclaro que encontré
este delicado ejemplar un día de guardar, en la almohada de mi cama. ¿Quién lo
dejó ahí? Me he roto el cerebro averiguándolo y no hay respuestas para ello, ya
que mi memoria últimamente va y viene.
Esperemos
que lo expuesto líneas arriba sea una apertura adecuada para conducirlos a
entender estos cuentos alucinantes. Todos ellos, sin excepción, no están
sujetos a la rigidez del tiempo. Simplemente son juegos fantasiosos, en un
mundo imaginario, donde el envés de la realidad es tomado como un hecho factible.
Es decir, en el juego de la vida, el haz y el envés en cada instante de nuestra
precaria vida, influyen en nuestra perspectiva de ver las cosas. Entonces,
podríamos deducir que el muy inteligente y hábil escritor Juan Dunas Manchego,
analizaba la vida desde el sentido contrario del común de la gente. Eso le
permitió escribir lo que otros escritores desdeñaron, por estar diseñados a
mirar desde el lado más cómodo, el diario concurrir del ser humano. No nos
extrañe que esos escritores hayan tratado de desaparecer los vestigios de esta
gran obra, que a ojos de buen cubero les estaba quemando su entrada a la gloria
de las letras. La obra “Cuentos Parabólicos” no tiene y no debería tener ese
vil destino, puesto que el ya desaparecido Juan Dunas Manchego ahora camina en
el envés de la vida.
Se
levantó Benito Segovia, alisó su melena, se acomodó el sombrero y salió del
recinto Municipal. Nadie lo aplaudió. El auditorio estaba vacío. Se encaminó a
la Plaza del pueblo, recién cayó en cuenta que había sido invitado a disertar a
un pueblo fantasma.
La Virgen del Cisne (15 al 20 de agosto)
A su paso por Ecuador, Simón Bolívar inauguró la feria
de la Virgen del Cisne, que se celebra cada año entre el 15 y 20 de agosto, en
el pueblito del Cisne, cerca de Loja. Durante la semana que dura la feria llegan
al lugar peregrinos, sombrereros, artesanos, plateros, malandrines, fulleros,
buhoneros, maromeros, brujos, gitanos, jugadores, estafadores, cotejadores de
gallos de pelea, cantantes de pasillos, asaltantes de caminos y abigeos.
De esta fiesta se aprovechaban lo malhechores para
negociar ganado mayor; mulas, burros, bueyes y caballos robados y engordados en
los pastizales del lado ecuatoriano. Los abigeos peruanos, y ecuatorianos por
esos años asolaban las haciendas y fundos de Ayabaca, Sullana y Piura. Los más
avezados llegaban a Cajamarca, Chiclayo y Trujillo. Los robos los cometían de
noche. Sus rutas de escape eran de las más variadas, unas siguiendo el borde de
los ríos, otras, por las quebradas. Cambiaban de dirección constantemente. A
veces obligaban a los animales a dejar huellas de sus cascos por todas partes o
a hacer el famoso ocho muy conocido por los abigeos, para burlar a los expertos
rastreadores que contrataban los dueños de los animales. Así llegaban a la
frontera y la pasaban por sitios pocos vigilados que de antemano conocían.
Expertos conocedores de caballos y mulas de Ecuador,
acudían a la feria. La negociación era directa. Los animales los compraban para
su uso o para revenderlos en las mejores Haciendas de Quito, Guayaquil, Cuenca
y algunos en la frontera de Colombia.
Una vez terminada la Feria; todos, entonando cantos
religiosos, con ojos llorosos y velas encendidas, desfilaban ante su
Protectora. Le hablaban quedo. Protégenos un año más, le pedían. Te cubriremos
con oro y plata, le ofrecían. Es que la vida es así. Qué más que una Virgen
milagrosa, para darles consuelo. No importa si eres pobre, rico, enfermo, sano
o ladrón. Al fin y al cabo todos necesitamos algo.
El último robo de ganado del que tengo conocimiento,
sucedió en el año 1,949. Los abigeos, se llevaron de las invernas de mi padre,
cuatros yeguas, dos paridas con sus potros y dos preñadas, dos mulas y dos
machos. Mi padre conocedor de que los animales se los llevaban al Ecuador, para
venderlos en la feria de la Virgen del Cisne. Tomó su camioneta y los esperó en
el pueblo de Macará. El Coronel Armijos Jefe de la Plaza, gran amigo de mi
padre, ordenó a la gendarmería que recuperen los animales. Una vez en casa, oí
que mi madre inquieta, le preguntó, -¿Todo tranquilo?- -Claro, todo en orden, los
animales están en las invernas de La Cocañira-. -¿Y el coronel Armijos?-,
repreguntó mi madre. -Cada vez más jovial, ¡gran amigo!-. -¿Y qué
haces en la pared-, -Colgando una imagen de “La Virgen del Cisne”-…
le contestó sin inmutarse mi padre…
Un par de
Apologistas (en adelante los llamaremos Apologista 1 y 2), frente a su monitor
multifuncional, auto recargable y auto comunicable, se enfrascaron en una árida
conversación relacionada a la concepción del hombre:
-¿Sabía usted que Dios es el hologramador universal? –rompió
fuegos el Apologista 1, mostrando el cielo raso de la habitación como si allí
estuviera pintado el espacio etéreo.
-¿Y seguramente sostendrá que somos escaneados, proyectados a la
tierra y a otros lugares galácticos, donde se presupone que hay vida? ¿Y de qué
lugar cerebral le provienen esas hipótesis jaladas de los pelos? –contestó,
mordiéndose la lengua el Apologista 2.
-Es mi secreto que sin egoísmos lo compartiré con usted. Lo que
le diré en adelante, no es producto de la espontaneidad ni la ocurrencia de un
descocado. La meticulosidad de los estudios y los años empleados en ello, así
se lo demostrarán –destacó con entusiasmo el Apologista 1.
-Y me insistirá que el gran holoprogramador nos tiene
hologramados desde que somos engendrados. Y que los seres con los que nos
cruzamos a diario son hologramas vivientes, difuminándose lentamente hasta
alcanzar la madurez, que es la fase previa a ser hologramas moribundos. Que al
salir de esta transitoriedad pasarán a ser hologramas cósmicos que rodearán a
la tierra como una especie de escudos perpetuos. Sin embargo, tenga en cuenta
que su hipótesis no es firme, en ella prima lo fofo, la inconsistencia y la
irracionalidad respecto a la reproducción. ¿Cómo encajar en su hipótesis este
hecho ineludible del ser humano? –añadió, sin abandonar la ironía el Apologista
2.
- No es así, amigo. La reproducción es un derecho del
hologramado. Revise lo que ha dicho, ya usted lo puso en relieve: nos tiene
holoprogramados desde que somos engendros. ¿Lo ve? ¡Es tan fácil de entender!
Supongo que pronto abrazará mi nueva visión mística de la creación – respondió
con voz apagada el Apologista 1, denotando ánimos de abandonar al que creyó que
sería su primer apóstol hologramado.
Muchos
que han leído o han escuchado sobre esta historia que rebasa los conceptos de
los hombres comunes, apuntan a que en este conversatorio hubo un Apologista 3.
Y que este Apologista sin rostro fue el que expandió esta hipótesis moderna
sobre la creación. Y que, caminando por mares interminables, reunió a doce
Apologistas Mayores y con ellos llevó el nuevo verbo a otros continentes. Se
cree que ya tienen la fortuna suficiente para levantar una nueva Catedral con
una arquitectura tal que se verá desde cualquier ángulo, proyectando la imagen
del Apologista 1, con su Holo-Nuevo Testamento bajo el brazo, en los escenarios
estirados entre los pilares de las centurias y de los milenios.
La literatura fantástica universal se ha extendido hasta arribar
a las costas norteñas del Perú, mezclándose con los descendientes tallanes y
mochicas para crear una nueva expresión, mixtura del sentimiento picaresco de
los piuranos, de esas tradiciones orales que circulan entre los ranchos y las
picanterías, con la nueva afición de los jóvenes escritores por la literatura
de ficción.
Texto Luz María Crevoisier
Desde
cuándo se aficionó por la literatura de ciencia ficción el ingeniero químico
Eduardo Borrero Vargas, nacido en Sullana, Piura, no lo sabemos; pero sí
tenemos evidencias de que ese acercamiento se transformaría en una pasión que lo
llevaría a escribir interesantes relatos.
Haciendo
una revisión, mencionamos a las más significativas ligadas a este género,
aparte de sus poemarios y narrativa diversa: “Del misterio y otros abismos”
(2015), “El creador de universos” (2017), “Los tres toques de la Muerte y
otros cuentos de terror” (2018), “Marlon y su vida de perros -cuentos urbanos”
(2018), “Cuentos parabólicos -cuentos de terror” (2019).
“Los tres
toques de la Muerte” es el título que destaca dentro
de su ingeniosa creatividad, pues se convirtió en el récord de ventas en la
Feria del Libro de Huancayo, esto sin considerar el interés que suscitan los
otros títulos.
Abrazando
lo fantástico
En Piura
todo se convierte en magia y la palabra es uno de sus máximos vehículos, como
lo demostraron López Albújar en Matalaché o Francisco Vegas Seminario en su
novela Tayta Yoveraqué. Sin embargo, aquel costumbrismo con sabor a seco de
cabrito, habría de obtener nuevos ingredientes cuando incursionaron dentro de
la literatura fantástica y minificción los jóvenes Antonio Zeta Rivas, Luis
Paúl Cardoza Nizama, Houdini Guerrero, Daniel Aquino, Dimas Arrieta.
Antonio
Zeta, principal animador de “Tertulia Cero”, ha buscado resolver parte de la
intriga de los sucesos históricos que producen miedo o terror mediante lo
fantástico y la sorpresa como efecto literario, porque lo violento, lo
totalitario y lo inhumano son factores que aún llaman la atención y conmueven a
los lectores.
Leyendo
a Borrero
Este
narrador, poeta y amante de la literatura estudió ingeniería química en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos y actualmente colabora con artículos
en los diarios El Tallán y El Norte.
Su
afición por la ciencia ficción se dio por hecho, teniendo en cuenta que esta se
apoya en los nuevos aportes de las matemáticas, física, química, biología y
cibernética, que, desde sus perspectivas, nos acercan al futuro del género
humano. De ahí que Isaac Asimov, el escritor estadounidense de divulgación
científica, manifestara: “La auténtica ciencia ficción trata de la
ciencia humana como del constante avance del conocimiento y la permanente
habilidad de los seres humanos para conseguir comprender mejor las normas del
universo e incluso alterar algunas partes de este, mediante su ingenio, para su
propio confort y seguridad”.
Divulgadores
científicos como Tomás Unger y Óscar Miró Quesada, con sus extraordinarios
artículos sobre ciencia y astronomía, acercaron a los escritores peruanos a ese
mundo incógnito y fascinante.
“Los
tres toques de la muerte”
Este
conjunto de narraciones de terror, que a fin de cuentas resulta es uno de esos
cuentos con que los mayores concluían la cena o la abuela adormecía los sueños
de los nietos, fue editado por “El gato descalzo” en el 2018.
Son nueve
los relatos que componen el libro y nos atrapan de principio a fin, porque lo
misterioso, lo inaudito, aquello que nos resulta una incógnita, suscita
curiosidad e impulsa a continuar con la lectura. Desde “El dedo del muerto”,
seguido por “La muerte a sus espaldas”, “Psicomanía” o “Los
tres toques de la muerte”, nos van llevando hacia otros mundos, quizá
paralelos al nuestro pero que solo un aguzado escritor puede traspasar y lograr
llevarnos a este.
Teniendo
siempre como cómplice a la editorial “El gato descalzo”, Eduardo Borrero
publicó el 2017 “El creador de universos”, ficciones más cercanas a la
literatura de los actuales Enrique Prochazka, Daniel Salvo, Beatriz Ontaneda,
Ernesto Carlín, Alexis Iparraguirre, pero sin alejarse del todo de las
supersticiones y tomando en serio a personajes como “El hombre araña” y
su influencia en la niñez.
La
minificción está presente en esta edición con relatos de antología: “El
Mundo calló”, “Medidas extremas”, “Zulema Noé” o “El síndrome de los puentes”,
en los que el escritor demuestra ser un experto en este tipo de relatos y
sorprende gratamente.
“Marlon y
su vida de perros. Cuentos urbanos”, editado
en el 2018, lleva una estructura más citadina, un lenguaje y circunstancias que
pueden repetirse tanto en Piura como en Lima o Trujillo. Son doce ficciones en
las que volvemos a encontrar a un personaje del cómic, esta vez la figura de
Supermán. Es que estos seres del cómic, poseedores de poderes extraordinarios,
están vinculados desde siempre a la ciencia ficción.
En “Cuentos
parabólicos” (setiembre de 2019), Borrero retoma las supersticiones,
las creencias populares que deambulan por las viejas calles piuranas y se
instalan en el ideario popular. Son cuentos que se revisten con nuevos
contenidos, pero viven cercanos al ultramundo.
Algunas
opiniones
Sobre “Los
tres toques de la muerte”, Antonio Zeta argumenta que en esta obra “el
lector se verá sumergido, de modo inevitable, en realidades alternas, mundos
paralelos de los cuales no hay retorno…”, y que “el temor a lo desconocido
aparece en distintas formas, diferentes voces narrativas encargadas de
estremecer la piel al más incrédulo, con ficciones donde la reencarnación y el
regreso del más allá son posibles”.
Por su
lado, Ana María Intilli manifiesta sobre “El creador de universos” que en esa
publicación predomina el absurdo, una mezcla de prolija ironía, que da como
resultado el contenido de un conjunto de textos de atractivo discurso y
variados escenarios.
Para
Bernardo Rafael Álvarez, en la obra de Eduardo Borrero Vargas no hay un
Gregorio Samsa convertido de la noche a la mañana en un monstruoso insecto,
sino, más bien, insectos convertidos en unos Gregorios Samsa con apariencias
engañosas. Hay gente que cree que para ser escritor hay que recurrir -como
condición- al “malditismo”, a la “marginalidad”, sin saber que así, lo más
seguro es la conquista infeliz de la frustración y el ridículo, sostiene
Álvarez.
X Encuentro de literatura en San Pedro de Lloc Eduardo Borrero figura de pie último a la derecha |
Recordando a los
amigos, algunos han partido a la eternidad, feliz y orgullosa de haber compartido
la vida con ellos, en el X Encuentro de Literatura Hispanoamericana
“Robert Jara Vélez” y IX Feria del Libro “Enrique Calderón Ariza”, realizado
en el San Pedro de Lloc, junio, 2016, La Libertad-Perú, … momentos sublimes que
han quedado en el imaginario.
Mi abrazo cariñoso para
todos mis amigos y hermanos en las letras, a pesar de todo y de las
circunstancias de la vida… ¡no me olvido!
Eduardo Borrero con los participantes en el X Encuentro |
Narrador,
poeta y amante de la literatura. Nació en Sullana (Piura). Estudió la carrera
de Farmacia y Bioquímica en la Universidad Nacional de San Marcos.
Sus
personajes y narrativa diversa, se aprecia en sus diferentes publicaciones como
en “Del misterio y otros abismos”, “El
creador de universos”, “Los tres toques de la muerte y otros cuentos de
terror”, Marlon y su vida de perros, cuentos urbanos”, “Cuentos parabólicos”, “La
mirada del terror”.
Las misteriosas historias de Eduardo Borrero
“Mi rincón donde estoy rodeado de libros y mi vieja PC, siempre reciben mis letras amargas, dulces, cantarinas y apasionadas”.
POR
FABRIZIO MORÁN MONTOYA
La
literatura fantástica se creó en su mente, desde muy pequeño, que, a través de
sus vivencias extrañas ocurridas en su vida, lo llevó a diferentes destinos
para mezclar la ciencia en la literatura y crear su ciencia ficción.
Estudiaste
farmacia y bioquímica en la universidad San Marcos. ¿Cuándo surgió tu
inclinación a la literatura de la ciencia ficción?
Flash
Gordon y la princesa Dalia era nuestra serie favorita. Y la ciencia ficción me
siguió de por vida. No hay nada más interesante que ver microorganismos en un
microscopio. Nosotros pequeños seres flotantes vemos el cosmos a través de una
ventana tachonada de estrellas. Ya de por sí el ser humano es “ciencia
ficción”. Nadie se explica como un ser “monocelular” termina en lo que somos
ahora. El Big Bang, le dicen.
Escribes
cuentos de terror y suspenso. ¿En qué te inspiras para poder dar inicio a una
obra?
En
Sullana, también se comentaba, que había casas que les “llovían piedras” o
mujeres que a las 12:00 se convertían en “chanchos” y que en el cementerio los
difuntos salían a charlar los días jueves de cada semana. El tema es largo y
hasta ahora llevo mi casa y mis muertos en mis bolsillos.
Desde
Sullana el lugar que te vio nacer, has viajado a diferentes naciones ¿Qué país
te recibió bien y donde recopilas mejores historias para tus trabajos?
Fuera del Perú, en un hotel en que te hospedaste ocurrió una
muerte…