Los abismos de la memoria
Sucede que en este país hay políticos bosquejados en láminas de
cartón corrugado, recogidas en los basurales que rodean las poblaciones
rurales. Esta situación les da la oportunidad de presentarse con sus caras
melosas y cínicas de yo lo hice para beneficio de los pueblos, quienes al
adolecer de suficientes canales de protesta se quedan callados y rumiando con
ira sus pesares. Estos grisáceos personajes de buena labia y de jeta
pronunciada -llamados grotescamente políticos o visionarios del tercer o cuarto
milenio- se movilizan siempre acompañados por personajes de doble rasero, que
con bombos y platillos aplauden como zombis cada frase estúpida que escupen en
esos conciertos mal llamados mítines políticos.
El primer golpe recibido por esta inocente criatura nacida entre
los arenales que rodean a la misteriosa Sullana, en pleno plexo solar, como
para no levantar la cerviz por años, fue el de ese gobernante que tenía al Perú
en maquetas en el centro del Palacio de Gobierno. Con un puntero, iba señalando
lo que él, en sus sueños, imaginaba que algún día levantaría en nuestro vasto
territorio. Este iluso y exuberante gobernante que hablaba para sí mismo, por
el año 1964, en un acto de lirismo descabellado, a los sullaneros nos dejó sin
auto vagón y sin tren de carga. Adiós Piura y adiós Paita. Y nos llenó de
transportes destartalados “rompe costillas, pulgosos y muele nalgas”.
Tren Sullana - Paita |
El segundo golpe, o mejor dicho el picotazo, provino del alcalde
Limeño. Cuando las causalidades se juntan, son como aludes que te caen de
cerros imaginarios. Justo en el mismo año 1964, al risueño alcalde limeño
llamado El Tucán -por su nariz más grande que su cara- se le veía por sus
ojitos revoltosos que algo tramaba. Un golpe o picotazo que seguramente dejaría
bien fondeados sus bolsillos, para el resto de su prolongada vida. Y en un
arranque de lirismo político, en una reunión de prensa, manifestó: “lo hice en
beneficio de la Lima mazamorrera”. Se trajo abajo las líneas del Tranvía y
construyó un zanjón de puro concreto armado…sí pues, armado de cemento y
fierro. Y a partir de ese momento lo aborrecí y renegué hasta de su quinta
generación. Desarticuló Lima y tuve que caminar largo y largo, para ir la
Universidad Mayor de San Marcos. Adiós Chorrillos, Callao, avenida Brasil, todo
el centro de Lima, cementerio y Barrios Altos y anexos.
Tranvía de Lima |
Y esto que les estoy escribiendo no es para quejarme sino para
animar a los nuevos estudiantes universitarios a luchar contra las
adversidades. Los animo a no dejarse dominar por esta maquinaria “castrante”,
que se renueva con más fuerza, no para ayudar en el desarrollo del país sino
para embrutecer a las nuevas generaciones. Saludos y no bajemos la cerviz.
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